Y no me arrepiento, me afluian a borbotones argumentos democrático liberales, donde hemos acabado mi generación: facción ilustrada y abierta de espíritu. No los cavernícolas.
Con Monique, la camarera esplendorosa que nos atiende con doméstica simpatía. Mi nuera fue la primera que me dijo, creo que fue la vez del Abama, que cómo me enrrollaba yo con todos los camareros. Ayer Fernando la ponderó de muy simpática y divertida, si no lo dijo completo lo digo yo, por cuanto lo es. A Fer cuando se hicion un crucero por el Mediterrané (él, que se cruzó en veleros de poca eslora 5 veces el Atlantico y tambien el Ecuador), al regreso, misma calle, bar de enfrente, le comenté que yo no iría ni loco, qué aburrumiento. Me contestó:
- No te lo creas, tú hubieras estado en tu salsa, no ves que había un montón de bares y tú ya te hubieras hecho amigo de los distintos camareros.
- Joder, pues es verdad
Lo cierto es que soy mucho más de camareros/ as que de bebidas (sin aborrecerlas en absoluto), amisto con ellos enseguida. No soy el bebedor de confidencias y desahogos etílicos con camareros como si fueran prostitutas. Esa imagen tan decadente. Fer, lo aborrecería. Sé lo que me digo.
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