Referirse a poscolonialismo puede hacer evocar el latiguillo
o consigna panfletaria de recalcitrante anticolonialismo (los estudios culturales posmodernos no nos interesan), cuando de facto y de
iure no existe el colonialismo strictu senso. Ni jamás entraríamos en un debate
sobre colonialismo o anticolonialismo (en ninguno de los dos), en todo caso he
tratado de comprender el poscolonialismo y acotarlo en sus derivaciones
espontáneas, sublimaciones inconscientes. Pero estas conductas se arraciman por
la mentalidad que subyace a todas ellas. Porque ocurre en todos los casos sin
una sola excepción. Que no exista el colonialismo no quiere decir que no existan derivaciones, vicios, sublimaciones de antiguas actitudes, un inconsciente encastillado en mejores derechos, vocaciones y diferencias, como claras y compartidas preferencias de determinados criterios colectivos ajenos y extraterritoriales.De mi manuscrito en revisión de Los sucesivos vetos: ¿Poscolonialismo político español en Marruecos?
¿Se podría argumentar sobre otro cultural y si fuese así, dónde situarlo?
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