Suceden muchas cosas -algo que suelo señalar como lances de insuficiencia- que se producen bajo el clima atosigante de la opresión más veleidosa y tenaz, y la desconfianza en la naturaleza social del ser humano con las reglas que es capaz de aceptar. Podía ser el libro negro del comunismo como otras obras suyas, pero es bastante más.
De hecho logra, creo que mejor que nadie, ilustrar la vivencialización de la opresión del totalitarismo en su honda desnudez y soledad.
Nos enseña la dimensión de la vida que es turbia y llena de turbulencias, lo que supone que todas las cosas que ocurren que son muchas, quedan envueltas de un sentimiento que modula un haz de pensamientos hasta formar una cápsula que hace del libro mundo memorable.
Un triste final, la historia se hace provinciana, literalmente folclórica y con un entorno sumamente agrícola festivo, de suerte que hasta el comunismo se disipa, y el personaje termina cogiendo el violín y sin Lucie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario