Siendo la entrada asertiva y muy cierta, hay quien pudiera imputarme ciertas extravagancias y sin animus injuriandi, cuales pudieran ser: emboscado por Jünger y Escohotado, politicamente incorrecto, irreverente en avance corrosivo, francotirador, merodeador de las periferias, heideggariano, transfuga sucesivo como eje perfecto de inmovilidad, escéptico salvo cuando comparecen mis enemigos de clase o la mayoría de los de mi grupo sanguineo en sucesivos bailes etnográficos.
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