viernes, abril 29, 2022

Ahora ya lo vislumbro: no creo que me quede cojo

 Era algo que no me preocupaba en absoluto, como se lo dije a mi hijo, pero sí a XY que veía mi desidia y laxitud acomodarse e impropio de alguien al que la gente  identificaba y reconocía por todo lo que caminaba sin meta alguna.Y no por ninguna otra condición. Era en lo que destacaba. Me eché a andar en su día por una mezcla de angustia y ansiedad, y de joven por ese exceso de energía que se tiene, junto a mi repulsa a los deportes colectivos, o más bien colectivistas, hablemos pulcro.
Mi retorno a rehabilitación del miércoles anteayer, me recordaba algo al servicio militar, por falta de cometidos en momentos.
-Que tal por Getxo- era Pablo el fisio ahora mío.
-¿Ah, te lo dije?- Debió contestar, tú lo cuentas todo. Me apunto indebidamente a microondas. Voy con Gracia/gracias, a la que le pregunto: ¿esto que es?
- Microondas, tú te has apuntado.
-Tampoco sé  muy bien lo que hago, simplemente me sonaba.
-Tu tienes rayos ultravioletas, iontoforensis y electrodos y masajes. 
El miercoles anteayer me indujeron por fin a generar masa muscular, Una sensación muy curiosa y viril heteropatrircal el percibir que tenía el gemelo derecho en mi pierna de momento filamentosa. Con lo que fueron...

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