Tuvimos que esperar una semana hasta el siguiente vuelo a Tenerife porque había pandemia y no vuelos. La pequeñita doctora de aquel sábado a la tarde de 20-02-21, no entendía que hubiera viajado desde Tenerife, y menos aún de Getxo a Bilbao, mi domicilio es Tenerife, no tenía municipio allí. Y ella sin poder ir a Castro a ver a su madre
Que ya era muy mayor para chorreos y que algo de responsabilidad tendría Osakidetza y el Gobierno vasco en tan altos entonces casos de infección, el caso es que yo ninguna. Y Canarias de donde venía lo tenía controlado
No solo no me operó, poniendo en el informe: Fractura de rótula, quirúrgico, no observar el confinamiento perimetral. Me trataba como paciente clínico ordinario y como pésimo ciudadano "de fuera" y zascandil.
Hizo que mi libro De Bilbao a Bilbao, 40 años después fuera también en parte relato. Lo conté por supuesto en mi columna de El Día, advirtiendo del valor en Basurto de la cartilla sanitara canaria y el respeto a la dignidad del paciente, simplemente por desplazarse a allí.
-A mi no me trates como a un adolescente, llama a la ertzantza que la tienes ahí fuera- le decía a la pequeña doctora
Ahora al menos tengo una muleta (todavía) y rampa,
No hay comentarios:
Publicar un comentario