Esta izquierda tampoco tiene relación alguna con Maozedong, que preconizaba el análisis concreto de la realidad concreta. La realidad para ella básicamente es algo también a inventar, como todo sobre lo que operan, por eso la mentira y engaño sistemáticos, como nunca habíamos conocido, no son contingentes patinazos sino necesidad. Es tan deslizante la realidad que cuando empiezo este artículo y no sabía si escribir sobre la supresión del MIR para Cataluña, lo han vuelto a revocar. Un tiempo perfecto: todo es novedad, no hay realidad que se asiente, si parece que lo hace, no lo es, porque es mentira. Sin haber oído hablar del pensamiento Maozedong, como finalizaban las organizaciones calificadas marxistas leninistas, siguen a rajatabla a Bauman y su sociedad líquida o, aún mejor, licuescente, sin tampoco conocerlo. Después de las olimpiadas de Hitler, la de los Panteras Negras de México/68, Moscú/80 y su boicot, estas de Tokio encerraban también gestos muy reivindicativos.
Lo bueno de esta época es que la sociedad y cultura actuales
están plenamente diagnosticadas, sobre todo en cuanto al victimismo tan
pedestre. Los científicos sociales, filósofos, teóricos vienen enunciándolo
desde hace mucho; la atleta Peleteiro
celebraba su éxito diciendo que a mucha gente
molestaría que hayan ganado las medallas del día unos negros, e
involucraba (que tampoco es, algo muy propio de los semilleros totalitarios:
hablar por los demás) al medallista de Lanzarote de origen dominicano, que no
había dicho nada.
Acaece que Peleteiro, básicamente gallega, se empeña en ser negra cuando a lo más sería
mulata, si mirase la población de Cuba, la negra es minoritaria, pero muy
nutrida la mulata como ocurre en Brasil. Peleteiro no tiene empacho en
calificarse de lo que no es, en cualquier clasificación -que parece importarle
muchísimo- no pasaría de mulata. Ser negra le hace sentirse más víctima, más
víctima odiada. Da igual que sea mera suposición sin un leve registro empírico,
fáctico, documentado. Cuánta gente
conocemos que siempre se victimiza, que si el paro, la sociedad, la familia,
educación y nunca depende de ellos mismos. ¿Pero en una medallista?: La fuerza
del mainstream.
La esclavitud, las discriminaciones, el racismo han ido
desapareciendo o reducidos de manera extraordinaria, sin embargo aquellas
condiciones son añoradas (hacen víctima) y han pasado a ser imaginarias,
deseadas, autocompasivas, directamente construidas, y cuanto más odiados,
vilipendiados se imaginan, más satisfacción psicológica obtienen. Luego está la
izquierda que necesita construir un mundo lleno de odio contra el
que luchar sacando el suyo (agente primero), o de lo contrario,
necesitarían programas (no veleidades),
gestión, formación, solvencia, honestidad.
Tan enfermos de narcisismo, creen que los demás vivimos pendientes de ellos.
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