martes, agosto 24, 2021

El Día: El talibán especular: lógicas congruentes

José María Lizundia

 La sharia es la ley, y el figh el derecho y la jurisprudencia, pero sobre todo son sus escuelas doctrinales, aunque los talibán no se encuadren en la más radical, la hanboli, sino en la tradicionalista hanafi, sus elementos del wahabismo son decisivos. Las libertades públicas y privadas, el laicismo, los derechos humanos, la tolerancia, la prosperidad de Occidente representan su negación epistemológica y ética. Se dice que las democracias liberales no pueden trasplantarse como arquitectura jurídica política, pero si como una evidente pugna de valores y de cultura. Tolerancia, derechos humanos, laicismo forman la cultura democrática. Para una generación afgana quedará el poso de 20 años de civilidad frente al péndulo religioso militar talibán. De las fuerzas internacionales que dirigía EE.UU. la población no huía y menos las mujeres, de los talibanes huyen de pánico.

Siendo la situación de la mujer en Afganistán y en áreas de rigor islamista tan envilecedora y dantesca asombra sobremanera la absoluta indiferencia histórica, ausencia radical de solidaridad, empatía, sororidad del feminismo, solo pendientes de su zonas de influencia y poder. Y saqueo del erario público, más allá de toda decencia.«Nos están matando» un grito histriónico muy común entre el feminismo legionario-falsario, otro pensamiento digno de su horizonte cultural era «solas y borrachas» –no recomendable para nadie, salvo, que sin querer, pienses en estados policiales–, ahora la astral Lastra encesta a España en lugar seguro para mujeres. O el retroceso conceptual (talibán) a la antropología primeriza naif del heteropatriarcado, ahora talismán.

La inteligencia cognitiva de la perspectiva de género en el estudio de las matemáticas, la creatividad analfabeta y marginal de talleres para las nuevas masculinidades, la lucha de sexos/lucha de clases, las cruzadas contra piropos, imágenes (el último de Tangana), ropa de mujer inadecuada por sexy, contra profesiones de mujeres, de azafatas u otras igual de indecorosas, letras de canciones, costumbres de cortesía, nombres de toros, su erección en rigurosos tribunales del lenguaje e interpretación oficial, de moral y costumbres, con la soberbia de su incultura tan aterradora para crear religiosos metalenguajes estúpidos. La permanente invasión coactiva y normativa en la vida individual de las personas, se hunden en la lógica talibán de prohibiciones con reeducaciones. El sectarismo absoluto de esa gañanía política y activista profesional, lo comparte con los talibanes, estos en acto y a plenitud, nuestra tropa de progreso y feminista en potencia, en cuanto a fundamentos y lógica, por distintos que sean sus discursos. Así ignoraban a sus víctimas, las escamoteaban por ser diversidad cultural. Su odio es contra Occidente democrático. Se trata de disciplinar a las mujeres (talibanes), a mujeres y hombres (feminismo legionario).


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