Juan Antonio Yeves quería conocer a Carlos Gaviño... tarde, por su archivo de fotografías, y luego a mí, por amigo de aquel. Me trajo un libro que hizo, de la Fundación (no la conocía) y yo le llevé el De Bilbao a Bilbao, cuarenta años después, y a mi hermano, aunque no de regalo, que relució/rutiló filosóficamente. He de reconocerlo, aunque no me guste hablar bien de mi hermano, prefiero hablar mal de él siempre. Un rato muy bueno y en la justa medida, con arreglo al aguante que tengo con intelectuales, al propender uno a la dispersión, la ligereza y la frivolidad, bromas y dislocaciones por no aburrirme y provocación (desafinar un poco pretendiendo sorprender y hacer reír, cuidando la forma) Justo había visto el día anterior en la revista HOLA que se celebraba un desfile de modelos en el palacio de la C/ Serrano de la Fundación Galiano. Según Juan Antonio ese tipo de eventos constituye una de sus fuentes de financiación. Simpatizamos los tres, nos veremos próximamente y le quiero llevar a la tertulia intelectual del Oliver retomada, aunque regresa a Madrid al día siguiente.En otro orden de cosas, Rosita, Sabela y una tercera irán en junio unos días a nuestra casa de Las Arenas-Getxo.
Mi hermano quiere que cuelgue entero el prólogo que me ha hecho al libro Deconstrucción del dossier del Sáhara,
Se vino arriba ayer después de su pedaleo alpino por neokantianos, fenomenólogos y vital-existencialismo de los manuales orteguianos que maneja como un ave de repetición.
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