martes, febrero 08, 2022

El Día-La Opinión de Tenerife: Lo bueno y malo de Vox

Desde el momento que este título podría escandalizar a personas simples y cerradas, pierde interés VOX y cobran éstas.  No recuerdo una hostilidad tan visceral y previa, que VOX a tanta gente infunde y cataliza, desde luego nunca lo tuvo ETA ni el Grapo. Por tanto, la emoción sugestionada anti VOX no tiene nada que ver con actos ni realidad. Ni influye que sean perseguidos, ninguneados, difamados, agredidos; tampoco ocurre con  Podemos, encharcado  en toda suerte de corrupciones, delitos probados, golfadas, patrocinados por dictaduras criminales y objetivos políticos totalitarios. A los que hay que sumar las recuas golpistas catalanas y los terroristas vascos con sus monaguillos (ya sin obispos). Zapatero, al tiempo que deconstruía la economía y convivencia nacional, teorizaba para la London School of Economics el concepto de “extrema derecha extrema”, que vemos existía antes que VOX. Aunque bastante más interesante que VOX es el estado anímico de aversión nacional-popular que han creado, como fundamental chivo expiatorio y construcción material del mal (algo inédito). Pero tienen cosas buenas: son pacíficos constitucionalistas con ideas propias, no guerra-civilistas  ni iliberales. Respeto radical a las reglas de juego (algo ya anómalo en España). Toman posición en los debates ideológicos mundiales, como es la guerra cultural desencadenada por EE.UU. (sus universidades preferentemente) con el neopuritanismo woke, el binarismo de Black Lives Matter, Me Too, cultura de la cancelación, teoría crítica de raza y contra el dominio progre del relativismo cultural, educativo y moral para  ahondar más en el infantilismo (psicología hecha cosmovisión) de nuestro tiempo, de jóvenes suicidas inermes ante la vida.

Aunque la sanidad y educación  deberían detentarlas, por racionalidad, el Estado central, creo en las autonomías. Soy proabortista, aunque defienda la objeción de conciencia de médicos, solo faltaba que las marginales gubernamentales eliminaran  dilemas morales, o la esfera ética personal. Soy globalista que cree en la mundialización y el cosmopolitismo, soy antinacionalista tanto de aldeas como de las  Gran-nación (homenaje a los austro-marxistas), así como simpatizo con los emigrantes, bastante más que con los nacionales, creo que  su regulación  no es  odio, simplemente concebir la sociedad compleja, plural y libre, lo que la izquierda -prioritariamente simple-no consigue entender, evitando seguros problemas futuros.  Mi familia es híbrida y mestiza, no me gustan nada las sociedades homogéneas. Aunque sea un antifranquista forzosamente  arrepentido, por la humillación que infligen los dislocados actuales, y estadistas-economistas (de ingrávidos resultados) como Zapatero y Sánchez; en tiempos del caudillo (Franco), fui uno de los seleccionados por la extrema derecha parapolicial para con acoso débil pero prolongado regalarme  largas madrugadas de desasosiego y temor. Me conocían. VOX es un chiste de la extrema derecha para analfabetos masa.




 

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