Desde el momento que este título podría escandalizar a
personas simples y cerradas, pierde interés VOX y cobran éstas. No recuerdo una hostilidad tan visceral y
previa, que VOX a tanta gente infunde y cataliza, desde luego nunca lo tuvo ETA
ni el Grapo. Por tanto, la emoción sugestionada anti VOX no tiene nada que ver
con actos ni realidad. Ni influye que sean perseguidos, ninguneados, difamados,
agredidos; tampoco ocurre con Podemos,
encharcado en toda suerte de
corrupciones, delitos probados, golfadas, patrocinados por dictaduras
criminales y objetivos políticos totalitarios. A los que hay que sumar las
recuas golpistas catalanas y los terroristas vascos con sus monaguillos (ya sin
obispos). Zapatero, al tiempo que deconstruía la economía y convivencia
nacional, teorizaba para la London School of Economics el concepto de “extrema
derecha extrema”, que vemos existía antes que VOX. Aunque bastante más
interesante que VOX es el estado anímico de aversión nacional-popular que han
creado, como fundamental chivo expiatorio y construcción material del mal (algo
inédito). Pero tienen cosas buenas: son pacíficos constitucionalistas con ideas
propias, no guerra-civilistas ni
iliberales. Respeto radical a las reglas de juego (algo ya anómalo en España).
Toman posición en los debates ideológicos mundiales, como es la guerra cultural
desencadenada por EE.UU. (sus universidades preferentemente) con el
neopuritanismo woke, el binarismo de Black Lives Matter, Me Too, cultura de la
cancelación, teoría crítica de raza y contra el dominio progre del relativismo
cultural, educativo y moral para ahondar
más en el infantilismo (psicología hecha cosmovisión) de nuestro tiempo, de
jóvenes suicidas inermes ante la vida.
Aunque la sanidad y educación deberían detentarlas, por racionalidad, el
Estado central, creo en las autonomías. Soy proabortista, aunque defienda la
objeción de conciencia de médicos, solo faltaba que las marginales gubernamentales
eliminaran dilemas morales, o la esfera
ética personal. Soy globalista que cree en la mundialización y el
cosmopolitismo, soy antinacionalista tanto de aldeas como de las Gran-nación (homenaje a los
austro-marxistas), así como simpatizo con los emigrantes, bastante más que con
los nacionales, creo que su
regulación no es odio, simplemente concebir la sociedad
compleja, plural y libre, lo que la izquierda -prioritariamente simple-no
consigue entender, evitando seguros problemas futuros. Mi familia es híbrida y mestiza, no me gustan
nada las sociedades homogéneas. Aunque sea un antifranquista forzosamente arrepentido, por la humillación que infligen
los dislocados actuales, y estadistas-economistas (de ingrávidos resultados)
como Zapatero y Sánchez; en tiempos del caudillo (Franco), fui uno de los
seleccionados por la extrema derecha parapolicial para con acoso débil pero
prolongado regalarme largas madrugadas
de desasosiego y temor. Me conocían. VOX es un chiste de la extrema derecha para
analfabetos masa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario