Coinciden los
expertos en la diagnosis: la mala salud que aqueja al sistema de representación
política democrática-liberal en el mundo. Sobre una casuística que va desde
quien profetiza su final, hasta quienes ya lo hacen realidad como China,
Venezuela, Nicaragua, Cuba (todos y solo comunistas), otros en medio como
Rusia, que cercena la democracia hasta
degradarla a sistema autoritario, y sin remilgos, va a la caza de sus adversarios políticos,
territorios o zonas de influencia. Luego está España con su anómalo gobierno
socio comunista (la excepción europea, ajena a que la UE haya equiparado
comunismo y nazismo en su condena), cuyo presentador de pista y doctor,
Sánchez, ha ingeniado la corrupción sistémica (más que de personas): desprecio
en cascada al parlamento, transparencia, verdad, lealtad institucional, a
Europa, al buen uso y fines de los poderes del estado con intentos de
patrimonialización. Hace sólo unos días VOX mostraba todo una colección de
sentencias ganadas en el Tribunal Constitucional, ni que fuera el guardián de
la Constitución, que Sánchez infringe con probado descaro de déspota. Lo que no
mitiga la verdadera cruzada contra extrema derecha, fachas, derecha extrema
remedando al reiterativo loro gris senegalés con esos
significantes de la ignominia. Como dice Fernando Savater irónicamente en
su último libro, Solo integral: el que no es de izquierda es facha.
El Partido Popular es un partido conservador
más que liberal, y machista, sin armazón ideológico cultural y acomplejado
por la izquierda española (¡el colmo!), pero siendo el único partido español
del que surgen las grandes políticas,
se encarga con perseverancia de que no
lleguen a hacer cumbre. El feminismo
patrio de obediencia debida a la izquierda,
no sabe por qué no les pasa a
ellas, tan sumisas al dominio y
colocación por los machos alfas. Si bien el Partido Popular es un partido
machista, sin embargo no ha derogado las
leyes de perspectiva (prerrenacentista y asimétrica) de género, conculcadoras
de los valores de la civilización democrática basada en la igualdad ante la ley
y declaraciones de derechos humanos. Ni ha cerrado los untuosos
chiringuitos de larvas parasitarias.
El fin del
bipartidismo, la atomización parlamentaria, las crisis de las estructuras de
partido, la voladura del PSOE por Sánchez (y urna con pucherazo en Ferraz), y
fin de la socialdemocracia, bajo una innegable batalla cultural, ofrecen una
oportunidad excepcional, la del líder carismático que sancionara Max Weber y
que ya existe, gobierna de verdad con éxito, de acreditada valentía y arrojo,
defendiendo los valores de la libertad
real -que nuestra izquierda en su simplicidad no logra entender-, y que es una
verdadera insumisa de los mainstream y poses pazguatos.
https://www.eldia.es/opinion/2022/02/22/diaz-ayuso-excepcional-oportunidad-liderazgo-63003098.html
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