Con David y Cristina, antiguos vecinos y de la familia. Convenimos esta mañana XY y yo (3 "y" seguidas) que de nuestros amigos son los de más sentido del humor (bueno tendríamos que excepcionar a Gaviño). Por tanto, devino la tarde noche jocunda, anecdotista y rizada de una comicidad marítima y acompasada.
Yo feliz porque les hago mucha gracia, que es mi mayor satisfacción, no lo cambiaría ni por un doctorado -obviamente de ciencias- bien hecho y concienzudo. Desde hace unos años hago descansar mi músculo identitario en ser simpático -cuando lo soy- divertido y gracioso. Mi hermano hace del Bautista y promoción.
Como hacía frio, como siempre en cota de 300 metros sobre el nivel del mar, en el subtrópico, les daba al tacto mi rodilla siderúrgica, lo que consideraban una injusticia que yo tuviera mi rodilla- puesto de castañas y ellos carecieran de ni siquiera de unos guantes de lana.
Finalmente tuvimos que meternos dentro, mi rodilla-puesto de castañas atemperaba el frío pero no era plan estar todo el rato con las manos en mi rodilla en plan espiritista. Me recordaron intervenciones mías de cuando estábamos avecindados, hay gente que me recuerda cosas que decía, y suelen ser memorables, como que por eso las recuerdan, y a mi tanto enorgullecen.
Voy incrementando mis atribuciones, y con ello mi autoestima personal: ya he recobrado el depósito de la basura en el contenedor
No hay comentarios:
Publicar un comentario