Agustín Enrique el escritor, me creía terminal por mis fotos de pose camastral, sin afeitar y abandonado a una languidez algo teatralizada.
De forma que se encontraba con mi amigo Rafa, excolega y uno de mis srs. Advocats, y le preguntaba preocupado por mi. Y el comunista Rafa le tenía que decir "No digas boberías (así hablan los canarios de raza), muchacho (ch tipo s), solo tiene jodida la rodilla, lo más que le puede pasar es que se quede cojo.
Estaba Nati en el bar y nos abrazamos como antes lo había hecho con Xili. Nati es escultural y valquírica, más que tipo rubia sueca, es tipo rubia brasileira con esa sazón de voluptuosidad que corroe el mármol de las esculturas cariocas para por sus vetas irrigarlas de pálpitos sanguíneos.
Les mostraba mi rodilla con herrajes que da el calor de una pequeña siderurgia, y la di a palpar a Ana G y luego a Nati, como una protuberancia ígnea, con naturalidad y asepsia, sin segundas intenciones, como si viviera de siempre acantonado en la timidez vasca hacía las mujeres, que creo que sí.Bueno, lo que quería decir, es que como no nos veíamos desde hace meses, me echaron unos 12 años menos, de lo delgado que estaba, sin mención alguna a mi torácico busto de pesas diarias de 2 kilos, que me corporiza como si nadase como antaño.
Hoy he cogido el coche y he puesto de copiloto a la muleta como amuleto.
He dado una vuelta probando cómo respondía pie y pierna y he ido a comprar los periódicos (hoy salía mi columna), después de meses a la gasolinera, estaba Patricia. Me ha dicho tres veces el buen aspecto que tenia, "es que he adelgazado y hago pesas", he contestado quizá con una brizna de coquetería.
El caso es que en las fotos parece que peso 100 kilos, no sé a quien creer.
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