martes, mayo 30, 2023

Santiago de Luca: Los irregulares de Tánger

Santiago de Luca: ¿un comercial de la cultura? Pues no, (o no solo).
Ayer por la mañana me acerqué a Bilbao y en la antigua librería Urretxindorra pedí ese libro -la editorial es de Bilbao- que se nutre/ surte de una serie de personajes  irregulares que recalan en Tánger, buscando segundas o terceras oportunidades, o cuartas huidas a ninguna parte. Son de este jaez: estafadores, pícaros, falsificadores, farsantes, pillos, usurpadores y quienes cultivan apariencias, engaños, equívocos, intrusismos, simulaciones.  A todos trata con enorme ternura, le gusta la fauna. Yo considero a Santiago  otro irregular muy irregular, que es un grado.
En estas tipologías para su suntuoso despliegue  se requiere, como De Luca  viene a reconocer, mucha labia y habilidad para seducir. De repente ese mundo nos resulta conocido ¿no forman parte del patrimonio cultural y psicosocial argentino esos dos rasgos ancilares? Siempre hemos concebido al argentino como alguien volcado a la seducción, siendo  la misma actividad de la seducción, y no tanto el resultado,  la que les embelesa. Los antiheroes lucanianos/lacanianos se emplean a fondo en gustar. Por algo Lacan colonizó la Argentina.
  Enseguida el regulador de irregulares me ha evocado a Borges, y he recordado que, junto al estadista Rodríguez Zapatero, es un especialista en  el difusor del lunfardo, Martín Fierro, los gauchos, lo canallas suburbiales, bueno bastante más que el expresidente simplicissimus mortal, advenido de ñoño ñoñísimo a viejo radikal (peronista montonero). Se nota su influencia (de Borges claro) para muy bien, porque  aparte la potente inventiva (y mundo personal) de   los relatos, Santiago escribe muy bien, de maravillla. No caben imitaciones y tiene elementos en los que podemos entrever el ascendiente  borgiano, como son las cavilaciones y conjeturas  que se hace el narrador sobre aspectos de la vida de los protagonistas, la incorporación de rumores "Dicen" "se sospecha" ajenos al relato pero que induzcan extremos, los móviles paradójicos/paródicos, la mudabildad del tiempo y sus efectos

Tánger ha sido un lugar  perfectamente irrelevante a efectos literarios, donde nada ha nacido, creado o desarrollado alli (grupos, estéticas, corrientes, escuelas, gérmenes artísticos), es un invento actual de los conjurados intransitivos  (que de Luca comanda), son ellos quienes  lo han creado aunque lo imputen a otros antiguos y consagrados. Como están bien relacionos  pueden ofrecer sus mitificaciones, las citas de ilustres que se limitaron a pasearse ociosos por allí, a amigos y conocidos de revistas de viajes, dominicales, crónicas, suplementos, digitales  con toques culteranos: el sumun, viajes y cultura. 
Quien ha puesto de manifiesto los verdaderos endemismos y valores locales en juego, las inicitaciones  y atracciones  que Tánger excita es precisamente Santiago de Luca, Creo que es el libro de Tánger destinado a permanecer, sin olvidarme -que lo tenía  aquí  en Getxo y me he vuelto a adentrar en él-  de El mirador de lso perezosos de Sergio Barce, y el libro tangerino de Iñaki Martinez,  que al fin rellena con solidez y verosimilitud el espionaje de la ciudad blanca. La ficción va en auxilio de la realidad  ausente.

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