De nuevo Tánger, aunque ya en un segundo plano, pero sigue el cura vasco Ugarte en un primero. El cura vasco Ugarte, que al parecer ya salía en "Casablanca", es como su padre que combatió con el ejército aliado y entró en París de capitán vasco. Como decía Heidegger, en el capitán vasco y el cura vasco se da el Entwurf geworfenheit del Dasein, la condición de proyecto arrojado al mundo del Dasein: ser para la muerte,
La muerte, además de tenerla cerca (los dos a los nazis), es la muerte del vínculo físico con los orígenes patrios, Amalur. Transterrados, cosmopolitas forzosos, lo que no le hace gracia al autor (mucho vacío), por eso buscará cofradías salvíficas de grupos izquierdistas por las selvas americanas o asistirá a vascos por el mundo
Esta novela, la primera que escribiera me gustó y eso que tenía todo lo hiperbólico vasco para disgustarme mucho. Progresa en la siguiente, yo no soy nada noir -lo he sido mucho en acto-, pero me gusta como escribe, escribe y construye, y conjuga planos con los cimientos, perspectivas y formas muy bien tomadas, como los edificios de Bilbao.
El comodoro Rivadavia de los CONJURADOS (INTRANSITIVOS) DE TÁNGER, le debería nombrar asesor áulico de La República: a Iñaki o a Javier Milei
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