domingo, mayo 14, 2023

Ayer, tras meses, los Mácaros volvimos al Oliver; regalo del Sáhara

El  propósito de la tertulia era reunirnos tras haber leído algún libro de pensamiento (ni sonetos, ni cuentos), elegirlo, defenderlo  y cenar en el Club Oliver, que es el más selecto de Santa Cruz, solo son socios los del comienzo, Los nuevos ricos abstenerse,
Yo que soy alérgico a los saberes reglados, metodologías, síntesis,  conclusiones, al  comienzo pensé, bueno, leeré libros que de otra forma no leería, por ejemplo el Leviatán, pero las lecturas también caducan, lo que no se leyó es fácil que quede sin rescate. Como alguna tertulia he aniquilado, como la de los neoliberales en el casino, me he granjeado alguna enemistad, que me valió me tildaran por escrito y a mis  espaldas de marxista, que lo fuera de imberbe y analfabeto no suponía una condición vitalicia. Tengo praxis en demoliciones.
Con la llegada de las profesoras de derecho, ya éramos más
 los que no leíamos los libros, que los que se re-escolarizaban  haciéndolo, lo que molestó a  los atávicos, empeñados en una vida de aprendizaje con exámenes orales.


Este libro regalo de Ex doctor Harris, Sáhara, 1958
El libro que tocaba era tan atractivo como así: El mundo en la antigüedad tardía, Se lo había leído el proponente y cómo no, nuestro catedrático que ilustró hasta que percibió el desinterés generado
Si hay dos cosas de las que conviene protegerse y mantenerlas a raya son el intelectualismo y/o culturalismo, que hay que tomarlo en pequeñas dosis entre el juego, la frivolidad, humor, la irreverencia, falta de prejuicios, bromas, interpelaciones, no tomarse en serio jamás. Todo esto en el mejor lugar para practicarlas y demostrar su necesidad son justo y precisamente esos ambientes. 
Ayer fue una noche de lujo, con un profesor invitado, de praxis y vida libertaria, y con el vasco de acción y negocios y sabio humanismo 

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