La sala inolvidable de Francesco Clemente, de la mítica Transvanguardia italiana, hace 3 meses en el Guggenheim, donde regresaré en unos días. Le volvimos a ver hace poco más de un mes en la National Gallery de Washington. Nos persigue al revés.
Lo mejor de Bilbao es el Guggenheim, un ámbito inédito y transgresor, te saca de la municipalidad.
Nuestra casa está rodeada por un magnifico paisaje natural y construido. Y lo poco que me muevo es en sentido contario al paisaje, no es algo deliberado (boicot o así), sino que me sale, y mi radio de desplazamiento no excede el de la correa de un perro con su caseta. Ningún encastre con la población, decidimos regresos periódicos porque estamos totalmente al margen de esas pesadas estructuras familiares y allegados vitalicios, con su modus vivendi, operandi y cogitatio detenidos, retenidos, embutidos
Yo me vuelvo el 8 de junio y el día 15 llegan a casa Rosita, Savela y una amiga de ellas. Como siempre me dedicaré a leer, tras visitar las dos librerías de mi calle en el tramo comercial, es donde más lo hago y a escribir.
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