miércoles, noviembre 16, 2022

Tras más de 8 años con columna semanal uno espera ser ultimado

Monique la camarera saca las fotos con una solo mano y yo le insto a que ponga un poco de gusto (decía mi padre o mi madre,  o ninguno de los dos) y deje la botella de la otra en la mesa y utilice las dos. He propalado que todo el mundo está por nuestras fotos. Monique no me  ha debido de creer.
Últimamente  en dos ocasiones me habían sacado en papel pero no en digital. Una era muy razonable, porque hace unas semanas estando en Bilbao escribí sobre Nico Willimas  por algo que había declarado (el motivo oportunista del texto). Es un jugador del Athletic de Bilbao, negro como su hermano, que poco antes ni sabía de él. El periódico no lo sacaron en digital, yo no lo habría sacado, menos en papel. Hubo otra vez, reciente  que ocurrió lo mismo, pensé que ya me habían empezado a enviar mensajes de que se acababa el oxígeno, empezara a despresurizarme y salir a  la supeficie.
Pues la última columna que la emprendo  contra la ministra pasarela Yolanda Díaz, poniendo a Schiller por testigo, que sale tambien en digital, vuelve a sacar puestos altos de leído, tras los profesionales, como casi siempre, pero colgada en Facebook pasan mucha horas para que uno ponga que le gusta.  Acuden en mi ayuda mi hijo y XY, pobre, habran pensado.Sin embargo en los contadores de mi blog va muy bien  para como suelen ir las columnas (de mal). 
Cuanto más festivo, banal y mundano aparezca lo que cuelgo más me entran incluso me ponen likes. Mi verdadera personalidad, debe ser patente. No será por no promocionarla.

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