miércoles, noviembre 09, 2022

Hemos regresado a la guarida de níngún lobo, al final tenemos varias, que ya hubiera gustado

De nuevo recomponiendo la vida en Tenerife, que en mi caso prácticamente se reduce, celebradas desde hace varios lustros, a estas reuniones del lunes y que se habla de ampliarlas a los viernes cuando viene mi hermano de El Hierro, donde da  clases de enseñanza media,  de cualquier cosa. Nuestras dos profesoras de Derecho con periodismo dan asignaturas de más enjundia, gravedad, presión y temperatura.
Por fin he terminado la revision de mi libro inminente, 80 páginas logradas con muchos descansos en blanco (nieve del Montblanc). Será un libro, por lo que me llega (a mí de mí), no celebrado en mis pequeños micromundos, incluso traspapelado, cosas que sí me ocurren. Resulta que hay ámbitos de plegamiento intenso, casi intrauterinos, que no creía que pudiera ser para tanto en determinados lugares. Se habla y antepone la literatura, cuando la cosa en absoluto va de ella, y se puede argumentar con razones. Incluso persuadir a alguno más suelto.  Hay ahora otros paradigmas, que a la vista están. Yo no busco a nadie ni quiero ni necesito, no es algo que persiguiese en mi vida volcada en la cotidianidad, simplemente se ha dado.

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