Todo el mundo se colapsa por ser escritor, como pasaba a kamikazes, miembros de las juventudes hitlerianas, comunistas, jesuitas, guardianes de la revolución...con ansiedad, desespero y frustración; a quien no le falta un nobel le falta un Planeta, a otro al menos tener su superventas o en su defecto encendidas criticas apologéticas, siempre reconocimiento.
Una de las profesiones mas normativistas por la interiorización de preceptos inviolables es la de escritor, toda la vida consumiendo cultura con apremiantes demandas de autoexigencia monacal. El dia, la semana segmentada en conciertos, exposiciones, presentaciones, homenajes, cines, teatros, conferencias, revistas, contactos, lo que les impulsa a ser mas perfectos y desenvueltos, más valiosos, a modo de cervantinos cervatillos.
Yo solo escribo lo que necesito escribir, sin parangones, referencias, objetivos, así no se puede fallar, porque ocurre que lo que hago me sale como me es dado. Y justo ahi se acaba todo. Sería un escritor, aparte de sin lectores, interiorista y circunstancial, luego en ningún caso un escritor genérico y sustantivo, computable y orgánico. Yo siempre, en casi todo, he sido un intruso, aunque sea escritor solo de lo que escribo y quiero, sin sentido, estrategia ni camino por lo que no alcanzo a quedar investido por el concepto. Uff...
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