Mario Conde me sigue en Twitter, hoy he tenido un día benéfico y benévolo en las redes. En twitter prácticamente me limito a colgar mi columna de los martes, pero como sigo a gente de mi interés, periodistas que leo o gente talentosa, siempre lo miro, antes que la prensa. Decía que benéfico porque también me sigue (también hoy) un escritor malagueño, al que sigo en la red, y aunque no le he leído ninguna novela, sí pequeñas cosas y tiene muy buena pinta: uno normalmente sabe con antelación quien se bueno y quien no.
He mantenido una larga conversata con Al, iba de Mijas a otro punto de la provincia, me ha dicho que está al tanto, me sigue en el blog pero solo lo mundano. Todos que me dicen que me siguen es por este tipo de intervenciones. Ya le he dicho, salgo muy poco y mi soledad diaria no da para jocosidades. No sé inventármelas, pero si sacar el máximo partido a las nimiedades que me ocurren. Mi hermano es básico, ya le he dicho a Al, vale por una pandilla.
Fer admiraba a Maro Conde cuando presidente del BANESTO e infinitamente poderoso en España y todas las semanas alguna universidad le declaraba doctor honoris causa. y por ello discutía con Fer. Hay tres cosas por lo que después le admiré. Por cierto es la primera vez que escribo algo del personaje, no se me tome por palmero profesional.
1º) El nivel de espiritualidad, de intimidad reflexiva e iluminadora y familiaridad con la sabiduría oriental en la cárcel
2ª) Su poderosa capacidad de razonamiento de primero de su promoción de abogado del estado sumado a una inteligencia apabullante. Mario Conde razona con silogismos. Todo lo desmenuza y procede de premisa mayor a menor sucesivamente de forma tan exhaustiva y trenzada que cuando llega a la conclusión esta quema.
Y si de la oración principal pasa a subordinadas nunca pierde el hilo y la reconduce al paso hasta completar enriquecida la oración principal.
3º) Es un tipo con agallas, tiene mucho coraje, no se derrumba, es como un Robert Redford en la prisión del condado- Es un hombre con biografía, la mayoría lo son sin.
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