Como llevo caminado mucho no me da para pensar, los pies quedan muy abajo, por lo que dejaremos el enunciado de la entrada en bastante soledad y a las dos grandes escritoras e intelectualazas para mejor ocasión sobrevenida.
Pero si referirme a Susan Sontag a la que estoy releyendo, pasaba página y más páginas y me decía lo habré leído o no lo habré leído, hasta que páginas arriba me encuentro con un subrayado de tal hondura:
...parece un punto de inflexión en la historia de la aflicción y los sentimientos morales.
Siempre me ha parecido un tema para un artículo la falta (imposibilidad) de una historia de las pasiones y emociones, de lo que se encargan los poetas porque no puede hacerse historia, pero como me he leído el libro sí se a lo que se refiere Sontag.
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