viernes, diciembre 24, 2010
Mi hermano y yo les deseamos felices fiestas
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
La persecución actual de los cristianos
Muy alejado de la religión desde la adolescencia –crisis irreversible de fe en colegio de jesuitas y sustitución por el marxismo- , pertenezco a la cultura cristiana, la que me permite vivir como laico sin la más mínima cortapisa en una civilización que cuajó en torno a ella, gracias a las herencias de la razón griega, el derecho romano y la espiritualidad judía, cuya síntesis y difícil evolución determinaron finalmente la separación de la Iglesia y los poderes políticos y de estos entre sí, los derechos humanos y la libertad.
De Marruecos a Filipinas, pasando por Egipto, Somalia, Sudan, Palestina, Irak, Pakistán… se vienen produciendo con cada vez mayor determinación el asesinato, destrucción de iglesias, expulsiones y desplazamientos de poblaciones cristianas. Ha habido días que en letra pequeña he podido leer desde asaltos armados a iglesias con fieles dentro, a expulsiones de sacerdotes o pastores en ¡Marruecos!
Europa, emocionalmente unida, solidaria y activa en el odio al americano e israelí muestra ahora un silencio sepulcral, como cuando Sebrenica, Ruanda, Sarajevo, característico.
Europa ya ha simbolizado y dado nombres al Mal, y preventivamente vigila y conjura la "islamofobia", que es ese riesgo de que un mal sentimiento desplace y abrogue la cualidad del mal ya perfectamente definido, gracias a los grandes plebiscitos europeos que inundan sus calles y plazas siempre y únicamente si están implicados los vicarios de Lucifer.
Plantearse principios civilizatorios y diplomáticos como el de reciprocidad o equiparación, a efectos de una mera "correlación de civilizaciones", simplemente al mismo nivel de importancia de la "islamofobia" (que resulta un poco más débil de casuística y empirismo), no es siquiera discutible. Es impensable. Ni poder dibujar, ni escribir so riesgo de fetua, ni hablar, claro.
A lo más abrimos los ojos algo incrédulos cuando vemos a imanes o mullahs del totalitarismo islámico buscando ejercer la coacción religiosa absoluta y una policía de costumbres y cerrada y única moral incluso para las comunidades musulmanas de España.
Un filósofo judío Bernand Henri Lévi, hace unas semanas desde El País daba cuenta de todos los ataques criminales contra los cristianos país islámico por país islámico en los últimos tiempos. En esa gigantesca geografía los ataques no son con viñetas, como las de Mahoma, son a sangre, o en el mejor caso expulsión o posibilidad de huida. Un judío francés es el que se ha molestado en recordar las últimas acciones contra los cristianos.
Las estadísticas son claras y varían día a día, los cristianos iraquíes huyen al Kurdistan, lo mismo que de Pakistán, y desaparecen poco a poco incluso de Palestina, a pesar de su antisionismo.
Los cristianos que el Islam, en prácticamente toda su extensa geografía hace desaparecer de las más diversas maneras, son cristianos que ocupaban esos territorios antes que la religión del proselitismo a sangre apareciera por aquellos lugares. Son maronitas, melquitas, coptos, caldeos, católicos, ortodoxos, asirios…
La islamización creciente del brazo de ese fascismo político religioso no hace sino avanzar ante la pasividad de una Europa, siempre seducida por los totalitarismos más vigorosos: nazis, comunistas, fascistas y nacionalistas. Ahora que el gran entorchado mundial del totalitarismo y el monismo más irreductibles es el Islam: la umma, Europa se inclina seducida ante el ascenso imparable del fuerte, del atrevido y osado que muestra arrogante su fuerza. Europa siempre ha sabido inclinarse: es su más oscuro instinto
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
miércoles, diciembre 22, 2010
El choque de cosmovisiones
Ayer en Tijuana volvió producirse el choque de cosmovisiones. Todos los pueblos y los grupos se aman a sí mismos, a veces, a extremos obscenos.
Pero antes un inciso, el famoso Parnaso sanandresino envió a Tijuana a una de sus figuras de aura más ignífera y solar. Como Mitra, Júpiter, Thor, Wotan. Jamás antes ninguna lectura produjo, entre los tertulianos –esa condición tan dudosa y menor que no obstante encarnamos irónicos y satíricos, con actuaciones irreverentes- tanto impacto, como la que llevó a efecto, con versos propios, Armando Rivero. No pudimos los cuatro que estábamos menos que rendirnos ante su calidad y el tono de su soberbia dicción. Fantástica su poesía, fantástico él. De repente siento ganas de leerle (y se lo digo), cuando lo normal es que me pase lo contrario. La pregunta que se hace Ramón Herar, en su blog sobre las cajeras de Mercadona, es la pertinente. ¿Por qué Jesús –el magnate de los medios literarios: revista y radio propias- nos ha ocultado durante tanto tiempo a Armando Rivero, a la sazón pariente de José Rivero Vivas, la estirpe de mayor nobleza de esa República de las letras, tan surtida de bardos, vates, aedos y rapsodas, que es Saint Andrews? ¿Por qué el bar de Armando no entra dentro del recorrido de brebaje camellar del Parnaso? ¿Convenía ocultar al autor, porque tal vez descuelle demasiado? Son preguntas legítimas. Que incluso podemos contestárnoslas.
Armando Rivero apenas habló, estaba el gallego por medio profiriendo palabras seguidas -ríadas- que conformaban frases a cada cual más ondulante en su propio vértigo en espiral, y diciendo a la vez que no le dejaba hablar como que no hablaba. Lo típico si se sube o baja.
Armando, muy inteligente y literariamente muy preparado tuvo intervenciones esporádicas pero de las que reverberan y resuenan horas después. Una inteligencia (y solvencia) literaria interesantísima. Al dejar Tijuana contó de las capitales de la Península en que había presentado su obra. Nos supo a muy poco y me regaló un libro, que leeré.
El choque de cosmovisiones constituye una guerra de trincheras, que no de movimientos, es decir todo es pura inmutabilidad, comodidad, auto lisonja, satisfacción, intercambiabilidad, estricta equiparación y gusto muy democrático.
Uno es su gusto y todos los gustos son iguales. Uno, en definitiva, es su loa a sí mismo, -subjetividad roturada ante la madre-, nada que debatir. Y la mala suerte: no hemos tenido la suerte que merecíamos, el mundo se ha conjurado para ignorarnos. Hombre, si hoy es precisamente imposible, si ni queriendo, si no hay manera ni forma ni ocultación posible…
El debate siempre muy novedoso y distinto al anterior, sorprendiendo, imaginativo, chispeante, creativo, original, divertido. Pues de todo ello se encarga mi hermano, cada vez más zumbón y jacarandoso. Genial. No hay nada como ser habitado por Thomas Mann, Wagner, Goethe, todo Schiller, Winckelmann, Lessing, Ortega y Gasset… que son gente que dan mucho para hablar de la literatura, sí, para más de un programa no idéntico al anterior, o sea de la vida y la experiencia humanas.
Cada intervención de mi hermano supone un fuerte empellón de cualquiera de estos.
Pero antes un inciso, el famoso Parnaso sanandresino envió a Tijuana a una de sus figuras de aura más ignífera y solar. Como Mitra, Júpiter, Thor, Wotan. Jamás antes ninguna lectura produjo, entre los tertulianos –esa condición tan dudosa y menor que no obstante encarnamos irónicos y satíricos, con actuaciones irreverentes- tanto impacto, como la que llevó a efecto, con versos propios, Armando Rivero. No pudimos los cuatro que estábamos menos que rendirnos ante su calidad y el tono de su soberbia dicción. Fantástica su poesía, fantástico él. De repente siento ganas de leerle (y se lo digo), cuando lo normal es que me pase lo contrario. La pregunta que se hace Ramón Herar, en su blog sobre las cajeras de Mercadona, es la pertinente. ¿Por qué Jesús –el magnate de los medios literarios: revista y radio propias- nos ha ocultado durante tanto tiempo a Armando Rivero, a la sazón pariente de José Rivero Vivas, la estirpe de mayor nobleza de esa República de las letras, tan surtida de bardos, vates, aedos y rapsodas, que es Saint Andrews? ¿Por qué el bar de Armando no entra dentro del recorrido de brebaje camellar del Parnaso? ¿Convenía ocultar al autor, porque tal vez descuelle demasiado? Son preguntas legítimas. Que incluso podemos contestárnoslas.
Armando Rivero apenas habló, estaba el gallego por medio profiriendo palabras seguidas -ríadas- que conformaban frases a cada cual más ondulante en su propio vértigo en espiral, y diciendo a la vez que no le dejaba hablar como que no hablaba. Lo típico si se sube o baja.
Armando, muy inteligente y literariamente muy preparado tuvo intervenciones esporádicas pero de las que reverberan y resuenan horas después. Una inteligencia (y solvencia) literaria interesantísima. Al dejar Tijuana contó de las capitales de la Península en que había presentado su obra. Nos supo a muy poco y me regaló un libro, que leeré.
El choque de cosmovisiones constituye una guerra de trincheras, que no de movimientos, es decir todo es pura inmutabilidad, comodidad, auto lisonja, satisfacción, intercambiabilidad, estricta equiparación y gusto muy democrático.
Uno es su gusto y todos los gustos son iguales. Uno, en definitiva, es su loa a sí mismo, -subjetividad roturada ante la madre-, nada que debatir. Y la mala suerte: no hemos tenido la suerte que merecíamos, el mundo se ha conjurado para ignorarnos. Hombre, si hoy es precisamente imposible, si ni queriendo, si no hay manera ni forma ni ocultación posible…
El debate siempre muy novedoso y distinto al anterior, sorprendiendo, imaginativo, chispeante, creativo, original, divertido. Pues de todo ello se encarga mi hermano, cada vez más zumbón y jacarandoso. Genial. No hay nada como ser habitado por Thomas Mann, Wagner, Goethe, todo Schiller, Winckelmann, Lessing, Ortega y Gasset… que son gente que dan mucho para hablar de la literatura, sí, para más de un programa no idéntico al anterior, o sea de la vida y la experiencia humanas.
Cada intervención de mi hermano supone un fuerte empellón de cualquiera de estos.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
lunes, diciembre 20, 2010
De Madrid Juerga a Tenerife Reina
E. llegó de Washington el martes pasado a Madrid-Juerga y de allí se fue tras la exigente nocturnidad a Bruselas-Amigos. Ayer domingo el aeropuerto de Bruselas estaba impracticablemente blanco por lo que llegó tarde a Madrid y perdió la conexión para la subtropi(lo)calidad.
A las 13 horas (en lugar de a las 14) he llegado a Tenerife-Reina pensando que igual traían el viento de cola y se presentaban antes. El viento sin embargo se había puesto frontalmente hostil y con todos los nudos disponibles soplaba para retrasar. Tenía hora y media por delante. “Como me ponga a beber cañas…”, dada mi voracidad, oralidad, ansiedad, y además en un aeropuerto (en el que nunca se ve un famoso, pero es cosmopolitan) “no respondo de mi mismo”, me he sopesado.
“Me voy a poner a caminar”, me he aconsejado. Dicho y hecho. No sé realizar actividades intermedias y contemplativas. He andado unos buenos kilómetros por fuera de la terminal y sus ampliaciones longitudinales, que al nordeste las rebasaba, no así al sudoeste ya que colinda con otros municipios sureños más alejados. Me he dado cuenta de que era la admiración de taxistas, guagüeros, policías nacionales, las recoge-viajeros… y oficios anexos, y me henchía y me ponía a resoplar.
Estaba tan entusiasmado con mis largos enloquecidos de punta a punta del exterior de la terminal, hasta que me he dado cuenta de que ya no podía tardar mucho el avión y apenas tenía tiempo para tomar cervezas. Como siempre me decía mi madre que lo quiero todo, y es la pura verdad, he hecho un par de rondas por los bares para tomarme unas cañas. Y lo he logrado, pero a contrarreloj.
A las 13 horas (en lugar de a las 14) he llegado a Tenerife-Reina pensando que igual traían el viento de cola y se presentaban antes. El viento sin embargo se había puesto frontalmente hostil y con todos los nudos disponibles soplaba para retrasar. Tenía hora y media por delante. “Como me ponga a beber cañas…”, dada mi voracidad, oralidad, ansiedad, y además en un aeropuerto (en el que nunca se ve un famoso, pero es cosmopolitan) “no respondo de mi mismo”, me he sopesado.
“Me voy a poner a caminar”, me he aconsejado. Dicho y hecho. No sé realizar actividades intermedias y contemplativas. He andado unos buenos kilómetros por fuera de la terminal y sus ampliaciones longitudinales, que al nordeste las rebasaba, no así al sudoeste ya que colinda con otros municipios sureños más alejados. Me he dado cuenta de que era la admiración de taxistas, guagüeros, policías nacionales, las recoge-viajeros… y oficios anexos, y me henchía y me ponía a resoplar.
Estaba tan entusiasmado con mis largos enloquecidos de punta a punta del exterior de la terminal, hasta que me he dado cuenta de que ya no podía tardar mucho el avión y apenas tenía tiempo para tomar cervezas. Como siempre me decía mi madre que lo quiero todo, y es la pura verdad, he hecho un par de rondas por los bares para tomarme unas cañas. Y lo he logrado, pero a contrarreloj.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
sábado, diciembre 18, 2010
Ruíz Soroa y los controladores
Uno de los articulistas españoles que más admiro es el abogado José María Ruíz Soroa, que escribe, circunstancialmente, en El País y El Correo de Bilbao. Sus artículos se caracterizan por su absoluta independencia de criterio, la originalidad de sus puntos de vista, claridad expositiva, rigurosa construcción argumental, sentido común e implacable racionalidad.
Como prestigioso jurista que es, siempre es interesante conocer la vertiente jurídica de las cuestiones que trata, especialmente lo relativo a derechos constitucionales. En esa línea va su último artículo publicado en los dos periódicos. En él nos alerta del poder de las mayorías frente a los derechos de las minorías a cuenta de la huelga de controladores y el estado de alarma decretado, como su prórroga acordada en el Congreso. Señala que cuando la inmensa mayoría está de acuerdo en algo, más imprescindibles son los derechos de las minorías, máxime, como es el caso, cuando es ínfima y está desprestigiada. Ruiz Soroa lamenta la militarización de los controladores, y su sujeción a la disciplina castrense, al tratarse de una cuestión meramente laboral, por tanto soluble en ese ámbito.
Evidentemente, tras esa premisa, el carácter constitucional de la huelga, son correctas todas las comparaciones que hace. Es decir si así también debería actuarse con camioneros, maquinistas de metro o recogedores de basura. Para él el derecho a la huelga no tiene más límite ni hay más responsabilidad que lo que disponga la legislación laboral. Se me antoja que la libertad de expresión, por ejemplo, está mucho más limitada por otros derechos como la imagen o el honor que el derecho a la huelga, que no colisionaría jamás con otros derechos. Así como el derecho de expresión cuenta con el Otro, el de huelga no, y a quien no se atisba en derredor. Al no tener a nadie enfrente operaría prácticamente como un derecho absoluto.
Un derecho tan potente como el de la huelga que no tiene a ningún sujeto enfrente que lo pueda limitar, tampoco tiene otros intereses o bienes jurídicos que lo puedan condicionar. Como podría ser la libertad de desplazamiento de cientos de miles de personas, los daños casi incuantificables (materiales e inmateriales, particulares y colectivos) que lo ilimitado de ese derecho podría ocasionar, otros derechos laborales como las vacaciones… nada, este vigoroso derecho es un tótem. Sin duda.
Las nada libertaria izquierda española (la anarquista se volatilizó, y de la que la “Memoria histórica”, de manera muy alevosa, ha enterrado todo recuerdo) y la acomplejada derecha española que pactaron la Constitución Española concibieron la huelga de hecho como absoluta, bajo unas condiciones históricas, culturales, tecnológicas, económicas y un espíritu que nada tienen que ver con el presente, que por cierto, es con arreglo a ellas (las actuales) cómo deben interpretarse y aplicarse las leyes. Ya solamente el tráfico aéreo era ridículo. Es intelectualmente exigible considerar el desfase de contexto, la “diferencia radical de mundo”, por no rendir homenaje a los que con su lucha al comienzo el industrialismo consiguieron su reconocimiento, en situaciones imposibles de extrapolar.
No hay alusión ninguna a todo esto en el artículo, sino constitucionalismo formalista y con el que en el plano teórico estaríamos de acuerdo como formulación abstracta anti-empírica y ahistórica, lo que no deja de constituir una reducción del problema.
Tampoco entra Ruíz Soroa a considerar las características concretas de esa minoría, titular de derechos evidentemente. Una minoría que no hace honor a las demás minorías ni ínfimas ni menos ínfimas, habida cuenta su descomunal y excepcional poder fáctico (de hecho, correlativo y homólogo al estado de alarma), lo que obliga a tomar en consideración su realidad: minoría sí, pero oligárquica y ejerciente.
Habría un último aspecto para disentir y es que ahora se da la oportunidad única para plantearnos algunos debates y deberes teóricos abiertos y pendientes, tras años de silencio litúrgico. Y no cerrar el asunto con la aplicación de la legislación laboral. Otra legislación al fin a y al cabo. Pero sin debate, ni crítica, ni evolución.
Como prestigioso jurista que es, siempre es interesante conocer la vertiente jurídica de las cuestiones que trata, especialmente lo relativo a derechos constitucionales. En esa línea va su último artículo publicado en los dos periódicos. En él nos alerta del poder de las mayorías frente a los derechos de las minorías a cuenta de la huelga de controladores y el estado de alarma decretado, como su prórroga acordada en el Congreso. Señala que cuando la inmensa mayoría está de acuerdo en algo, más imprescindibles son los derechos de las minorías, máxime, como es el caso, cuando es ínfima y está desprestigiada. Ruiz Soroa lamenta la militarización de los controladores, y su sujeción a la disciplina castrense, al tratarse de una cuestión meramente laboral, por tanto soluble en ese ámbito.
Evidentemente, tras esa premisa, el carácter constitucional de la huelga, son correctas todas las comparaciones que hace. Es decir si así también debería actuarse con camioneros, maquinistas de metro o recogedores de basura. Para él el derecho a la huelga no tiene más límite ni hay más responsabilidad que lo que disponga la legislación laboral. Se me antoja que la libertad de expresión, por ejemplo, está mucho más limitada por otros derechos como la imagen o el honor que el derecho a la huelga, que no colisionaría jamás con otros derechos. Así como el derecho de expresión cuenta con el Otro, el de huelga no, y a quien no se atisba en derredor. Al no tener a nadie enfrente operaría prácticamente como un derecho absoluto.
Un derecho tan potente como el de la huelga que no tiene a ningún sujeto enfrente que lo pueda limitar, tampoco tiene otros intereses o bienes jurídicos que lo puedan condicionar. Como podría ser la libertad de desplazamiento de cientos de miles de personas, los daños casi incuantificables (materiales e inmateriales, particulares y colectivos) que lo ilimitado de ese derecho podría ocasionar, otros derechos laborales como las vacaciones… nada, este vigoroso derecho es un tótem. Sin duda.
Las nada libertaria izquierda española (la anarquista se volatilizó, y de la que la “Memoria histórica”, de manera muy alevosa, ha enterrado todo recuerdo) y la acomplejada derecha española que pactaron la Constitución Española concibieron la huelga de hecho como absoluta, bajo unas condiciones históricas, culturales, tecnológicas, económicas y un espíritu que nada tienen que ver con el presente, que por cierto, es con arreglo a ellas (las actuales) cómo deben interpretarse y aplicarse las leyes. Ya solamente el tráfico aéreo era ridículo. Es intelectualmente exigible considerar el desfase de contexto, la “diferencia radical de mundo”, por no rendir homenaje a los que con su lucha al comienzo el industrialismo consiguieron su reconocimiento, en situaciones imposibles de extrapolar.
No hay alusión ninguna a todo esto en el artículo, sino constitucionalismo formalista y con el que en el plano teórico estaríamos de acuerdo como formulación abstracta anti-empírica y ahistórica, lo que no deja de constituir una reducción del problema.
Tampoco entra Ruíz Soroa a considerar las características concretas de esa minoría, titular de derechos evidentemente. Una minoría que no hace honor a las demás minorías ni ínfimas ni menos ínfimas, habida cuenta su descomunal y excepcional poder fáctico (de hecho, correlativo y homólogo al estado de alarma), lo que obliga a tomar en consideración su realidad: minoría sí, pero oligárquica y ejerciente.
Habría un último aspecto para disentir y es que ahora se da la oportunidad única para plantearnos algunos debates y deberes teóricos abiertos y pendientes, tras años de silencio litúrgico. Y no cerrar el asunto con la aplicación de la legislación laboral. Otra legislación al fin a y al cabo. Pero sin debate, ni crítica, ni evolución.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
viernes, diciembre 17, 2010
De los cenáculos de Navidad
Como todos los años anoto cero comidas o cenas de navidad. A lo más me tomaré un aperitivo con Nuestro Amado Líder, mi hermano, Rafa y Oktaviansky. Sin mariconadas y esa tontería del “amigo invisible” que socializa antropológicamente al Funzionariat y a la empresa privada en una comunión de ceremonias/carcajadas sin ápice de gracia por lo demás. Un rito que les hace reír sin parar. Lo increíble es cómo se excitan las masas con el regalito de marras, que al mínimo descuido va a parar a enemigo, con los consabidos reproches de la pérdida de valor en el intercambio. No es más que un juego entre la tentación de esplendidez y el instinto de tacañería y mezquindad, que triunfa.
No me imagino un invierno sin navidad, que es el mes de agosto de esa estación emocionalmente agresiva. Por tanto, viva la feliz navidad, que la celebro por todo lo alto en lo que no es solidaridad/fraternidad de cubículo.
No obstante me gusta ver, como vi la otra noche en la ciudad de la cota de los 600 metros, a jovencitas con faldita corta y piernas largas, todas de negro y luego a ellos difusos y privados de encanto.
Vamos a ver, me gustan mucho los desfiles militares, pero de espectador.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
jueves, diciembre 16, 2010
De la foto de las Azores a la foto del bombo
La primera podía ser la foto de las Azores, la segunda es ya la de una implementación: Carme Chacón, la pacifista catalanista de aquel homenaje a la maternidad, que hizo pedagogía de unas fuerzas armadas abanderadas de la ternura y el misterio de la vida, del pañal y el nenuco, del sonajero y el sonido "dice: ma-má". Ni Eros ni Thanatos: una foto imbécil, como resumen de una generación de gente preparada como nunca antes exisitió, en torno a la catapulta -he aquí cumplida demostración- sin competencia del poder. De la foto de las Azores, como signo del Mal, a la foto de la embarazada como símbolo de la imbecilidad adolescente y demostrativa de la post-socialdemocracia leonesa y del Prat de Llobregat.
En otra foto se ve a la embarazada pedagógica insegura y desvanecida en Nueva York, presa de la pequeñez de su personalidad y autoestima, pero no acierto a colgarla (la foto, claro está).
Abajo comenta Agustín Enrique, sabio.
En otra foto se ve a la embarazada pedagógica insegura y desvanecida en Nueva York, presa de la pequeñez de su personalidad y autoestima, pero no acierto a colgarla (la foto, claro está).
Abajo comenta Agustín Enrique, sabio.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
miércoles, diciembre 15, 2010
Wikileaks y autotrasparencia
En este mundo nuestro ni una sola ansia de perfección y de alcanzar un estado de bondad y quietud que trascienda la condición mortal, imperfecta e insuficiente del hombre ha sido abandonada. El hombre es un ser que jamás renuncia a superar su condición mortal, no en vano es el más inflamado soñador de paraísos. Alguien verdaderamente loco, irresignado a la pérdida del paraíso, que cada poco inventa algún régimen criminal que se pretende divino. Su rebelión contra la condición mortal del hombre es tal que, suplantando al Creador, quiere fundar el hombre nuevo, una suerte de mutación e ingenio genético moral.
Los más ausentes y timoratos descubren ahora el mundo diplomático (casualmente norteamericano), con sus intereses, intrigas, prevenciones, intereses…. Exactamente lo mismo que se da en las empresas, entre los funcionarios, las familias, los grupos de amigos: engatusar, seducir, barrer para casa, intrigar, buscar las posiciones ventajosas... Lógicamente nada distinto a lo que se hace a otra escala y marcado a fuego en la antropología de cualquier grupo.
Los más tontos ponen el grito en el cielo, y buscan un orden pleno de trasparencia, un mundo orwelliano o el panóptico de Jeremy Bentham, donde no haya recoveco a la confidencialidad, el secreto, la intimidad, a lo no visión.
Assange, ese gran producto de su madre, esa increíble modelación de ella, debe ser trasparente consigo mismo. Es sumamente interesante su vida sexual, y su responsabilidad ahora es grande, quién nos muestra la literalidad y la orografía de mundos ya conocidos, debe hacer lo mismo con su vida sexual. La fórmula para todos, más para quienes nos influyen y tienen poder.
En él hemos confiado para la trasparencia total, lógicamente hasta la obscenidad.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
sábado, diciembre 11, 2010
El homenaje a Ernesto Delgado Baudet
Ha dejado un comentario Marisa al post de debajo de este, en el que dice echó en falta, en el homenaje a Ernesto, algunas caras. Ella igual no los vio, pero en la misa de San Francisco si estuvieron Gaviño y Fernando Senante. Pero sí echamos en falta tanto XY como yo (lo comentamos de madrugada al bajar) a gente de una época y de algunas entidades. No solo ayer, sino en la misa de primeros de septiembre. En realidad, de todos aquellos no había ni uno solo.
Yo no entiendo mucho de clases medias ni de ámbitos o entidades culturales, mucho menos mezclados. Pero tengo oteadas como poco a dos (clases medias) y solo encuentro una diferencia: una podía tener trajes de sastre pero sin un sólo smoking, en cambio la otra tenía el smoking pero no los trajes de sastre. Nada importante: dos cosmovisiones. De las cuales, con todo, conviene salir corriendo.
Creíamos que Ernesto entonces y por aquellas entidades estaba casi mimado. Parece ser que si lo fue, aquel cariño se esfumó. La vida de Ernesto ha sido sumamente singular, la de un heterodoxo, curiosamente bastante más liberal que la ciudad que lo vio nacer, que tanto presume de serlo. Además se obstinó en no ponerse servicial con las estructuras, y eso que era muy dadivoso, como ayer se puso de manifiesto: muchos de los que leyeron poemas de él aludieron a todos los libros y películas que les regaló.
Ernesto, como si las estructuras y sus redes no existieran, anduvo por la empresa privada.
Como ya no queda nadie no avisado, ¡cuántos sueños rotos!, todos saben que cualquier homenaje sin canapés estructurales (obviamente no cuentan porque nada avalan), va a ser privilegio que se barrunta más bien totalmente esquivo. Esto sí se sabe, vaya que sí, y otra cosa sería algún (muy escaso) acto de condolencias recíprocas. Que es para lo que sirve la forma propia de la sociabilidad de cada lugar.
Sería el ambiente y momento idóneos para sobreseer repasos, celos, vanidades, inquinas, tal vez enormes frustraciones…El homenaje que se le brindó a Ernesto fue a cargo de amigos y de personas que apenas le conocieron pero que admiraban su obra y la persona. Aquí Ernesto marca la diferencia como autor de culto que es. El autor de culto, lo es en su propio medio, y es así considerado por iguales y avezados, que no se limitan a despachar comentarios conforme a criterios de ocasión (y cálculo personal) sobre la obra de un autor, sino que testimonian de su importancia y valor. Ahí está, incluso a escala superior, un gran amigo de Ernesto como es José Carlos Cataño.
Ernesto, que se permitió romper el carácter lineal (con sus protocolos sucesivos) de su biografía, se apasionó por cuestiones no solo completamente ajenas a la poesía sino encontradas con ella. Ni contemplativo, ni ensimismado, ni pasivo, ni cobijado en las estructuras culturales, ni funcionario, ni lastimero, ni casa de seguros en la que llorar como Kafka. Sino gestor, comercial con su cartera de clientes, con sus contactos sus comidas.. encantado de serlo además. Disfrutando, que eso lo pude ver yo. Pues bien, pues también poeta, y de muchísima altura. ¿Coste/rendimiento? Demasiado contundente. Otros en cambio… tanta filigrana…
Ernesto vivió también en el lado salvaje de la vida (que la timorata clase media de maneras de casino conoce de, a lo sumo, algún simulacro precoz), pero sobre todo, en la otra orilla –siempre buscaba la otra orilla-, y con el curso de la vida totalmente alterado, disfrutando de la filosofía y divirtiéndose con la prosa y ganando de paso algún premio. Y sufriendo, pero en absoluto por culpa de nadie, sino de él mismo, lo que tenía no bien claro, sino clarísimo, y que no es objetable.
Elsa López leyó un texto magnífico qué emocionó, Cecilia Domínguez, Juan José Delgado, Agustín Enrique Díaz Pacheco que circunnavegó, Orlando Cova cerró los puños, alzó los brazos contra el techo y desbarró, Antonio Pérez, (filosofía), alguien de Unapro (a la mayoría no conocía), poetas, Pepe Marrero al que conocí, mi hermano –que dará una conferencia sobre Wagner en Filosofía- que conoció a Ernesto en casa y al que también regaló un libro, Samir Delgado, amigos escritores de él a los que seguía sin conocer, Iñaki Marieta (filosofía) que fue el que mejor leyó “ ten en cuenta que he recitado en griego en la École Normale Superieure de París". Durante hora y media o así. Casi nadie se limitó a leer un poema sino que la mayoría se refirieron a los encuentros tenidos con Ernesto. Uno le agradeció el material que para su tesis le regaló Ernesto, otro muy joven, poeta, dijo tener una sensibilidad parecida y hubo hondura, muchísimo afecto, emoción, gran pena… y… la infinita pérdida.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
viernes, diciembre 10, 2010
Ateneo de La Laguna, Viernes 10 diciembre 20.30 horas
Ernesto Delgado Baudet, siempre entre nosotros
{1961 - 2010}
Conocedores y amigos se reunirán para leer y conversar en torno a la figura y obra del escritor.
Tras una mesa redonda con Rafael Fernández Hernández, Coriolano González Montañez y José Mª Lizundia, coordinada por Elica Ramos, los asistentes que lo deseen podrán hacer lecturas de su obra.
{1961 - 2010}
Conocedores y amigos se reunirán para leer y conversar en torno a la figura y obra del escritor.
Tras una mesa redonda con Rafael Fernández Hernández, Coriolano González Montañez y José Mª Lizundia, coordinada por Elica Ramos, los asistentes que lo deseen podrán hacer lecturas de su obra.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
miércoles, diciembre 08, 2010
Todorov y la memoria histórica
No entendía por qué Tzvetan Todorov tenía tanto predicamento entre los progres, hasta que descubrí su formulación del esencialismo de los derechos humanos, cuyo tono crítico permite avalar “diversidades” en que aquellos puedan ser perfectamente barridos. Salvo esta cuestión, el conjunto de su obra es de muy difícil lectura progresista. Por esa circunstancia (el esencialismo) digo yo que viniera con dos relaciones públicas y divulgadores de la escolástica progre (como son Samir Nair y Juan Cruz) a Cajacanarias a un acto progresista local, al que no faltó nadie. El típico auto de fe en torno a la Foto de la Azores, una comunión que divierte, transforma y proyecta, que ha resultado ser el cuerpo teórico del nuevo progresismo pancarta. Cuántas veces he tenido que callarme ante esa argumentación de tanta profundidad racional.
Ayer volví a admirar a Todorov por su artículo en el periódico del fondo de inversión norteamericano Liberty que cotiza en la bolsa neoyorquina, sobre la represión de la Dictadura militar argentina.
En el capítulo de errores cometidos por el suscribiente figura haber admirado hasta límites inconfesables a todos aquellos que empuñaran las armas revolucionarias en Latinoamérica. También era muy joven. Todo las acciones terroristas de Montoneros, ERP o Tupamaros me parecían obras de ingeniería aeronáutica, inteligencia computer y testosterona revolucionaria. Había decidido que en el mundo no había ni un solo inocente. Era mi concepción (generacional) post-cristiana del pecado original. La comprensión laica de la Caída.
Qué acciones en pleno centro de Buenos Aires de Montoneros y ERP, a veces el mismo día, con una intrepidez que ni en el cine. Fui un fan y les seguía con arrobo. Cuando el golpe de estado se formalizó, ya venían operando los siniestros Ford Falcon y el terrorismo de estado, y se celebró el mundial de Argentina volví a ver al pueblo español (en todas sus variantes) con su proverbial neutralidad ante cualquier violación de los derechos humanos. Como siempre, cobarde, penoso, lacayo, vil, despistado.
Y el rapto de locura colectiva de los argentinos, tanto en aquel Mundial del 78 como cuando se les ocurrió invadir Malvinas, lo viví tan asqueado que jamás olvidaré.
Cuando los argentinos, esa raza de percusionistas estimables, jaleaban a Videla, Masera… vivían gestas y epopeyas contra holandeses y británicos, yo sentía desprecio y odio absoluto, enconado… todos sabíamos de la ESMA, la picana y los desaparecidos.
Como ocurrió en España observé estremecido los súbitos arrebatos de responsabilidad moral y política de las masas argentinas silentes y colaboradoras con la dictadura, cuando descubrieron la memoria histórica, otros tardíos, cínicos, hipócritas e inmorales sacristanes.
Todorov, que ha visitado la ESMA, se permite algunas consideraciones contextuales, históricas, analíticas, racionales ante la exaltación maniquea, sectaria, dogmática de unos santos de toda santidad sin un solo crimen de los que dar cuenta, ni aviesos programas e ideas políticas revolucionarias, por supuesto totalitarias, bien demostradas en la propia praxis.
Todorov abomina de las memorias históricas que patrocinan las izquierdas sin futuro ni ideas, paupérrimas de pensamiento y secas de cultura, que como vulgares fascismos, se dirigen a las emociones más primarias, a la repetición dogmatica de axiomas estúpidos, y a consagrar con un maniqueísmo torpe y de cruzada las diferencias más nítidas y enfrentadadas entre el Bien y el Mal. Con mayor enfaisis e indiscutibilidad que la Iglesia (pero sin siglos de teología y filosofía, lo que se nota demasiado).
Todorov reivindica el pensamiento, el análisis, los contextos, los órdenes de antecedentes y consecuentes, los desarrollos lógicos, los actos cometidos, los hechos acaecidos, los nombres de los liquidados, las ideas en nombre de las cuales asesinaban, secuestraban, juzgaban y robaban los revolucionarios. Colige que ERP y Montoneros, que sin poder institucional alguno mataron con entusiasmo y rigor cuantitativo, lo que no hubieran hecho de tener el poder del Estado. Los cobardes argentinos como los españoles, emboscados durante la dictadura, ocultan las conjunciones y correlaciones de hechos, mutilan y esconden la propia realidad e imparten moral y doctrina de necios. En Argentina y para Argentina (España II) no existieron ERP ni Montoneros ni hechos ni asesinados ni crímenes ni noticias no hubo nada, sino Maldad bíblica.
No tengo la menor duda de que si los revolucionarios argentinos hubieran dispuesto del poder de los militares, los habrían sobrepasado con creces en criminalidad genocida a aquellos. Que menos en nombre de la revolución socialista y una vez ganada la guerra que empezaron.
A la par, otros revolucionarios, los camboyanos jémeres rojos, asesinaron al 25% de la población de Camboya, sí, el 25%, los militares argentinos al 0,01% (Todorov).
Esta izquierda eclesiástica hipócrita y moralista, maniquea e inculta ignora que sus combates contra los hechos y la razón están de antemano perdidos. Al final toda su vacuidad e hipocresía refulge.
Ya lo dijo Mario Onaindia “Menos mal que no ganamos”.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
martes, diciembre 07, 2010
He escrito un libro
José Rivero Vvas: un mundo lirerario rotundo
Uno ya es capaz de confiar en sus impresiones y tener certidumbres. El librito sobre José Rivero Vivas me parece un libro logrado y estoy muy satisfecho de él. El aporte bio-bibliográfico de José Rivero Vivas es magnífico. Consigue impregnarlo de su tono literario tan absolutamente personal (/inclasificable en boca de mi hermano).
Cirilo Leal me dejó un mensaje en el móvil verdaderamente entusiástico. Parecía convertido al islam. Luego mi hermano que trató de aplazar la lectura (le tuve que chantajear con la no asisitencia a una cena) y que es un burócrata de sí mismo (su ocio está sometido a una suerte de planificación del NEP soviético), sentenció que tanto Rivero Vivas como yo somos inclasificables. A mi hermano le ocurre, y eso se lo descubrí en Tijuana, que él no se aproxima en sus juicios a las cosas como un fenomenólogo, como lo hubiera hecho Husserl con su “zu den sachen” ( ¡a las cosas!), sino que busca la mirilla o el visor en la estructura mental donde acoplar lo captado. Las cosas se acercan a él que es quien tiene sus lentes de colores, cuadrículas, estantes, cajitas y demás en las que las cosas captadas entran de acuerdo con sus características prevías.
Ayer me llamó Rafa, que es buen lector para felicitarme por el libro. Quiere leer a Rivero Rivas. 100 x 100 de algodón. O seda. ¡Hundido!
El domingo tuvimos la última despedida de Roxana y vino con la aristocracia agraria al garaje. Fue una degustación muy laboriosa de platos vascongados. Nuestro comportamiento ante la aristocracia agraria, tal como vamos, ni llega a ser pequeño burgués con ínfulas y necesidad de refinamiento y relaciones, sino directamente el de pequeño campesino arrendatario ansioso, con una serie de genuflexiones y complacencias, de la reducción impositiva de los dueños de los huertos.
Vino mi hermano, ya que se trataba de pescado y su paladar, fijado en la niñez y en la cocina de la madre (subrogación de la teta), lo aborrece, se personó provisto de la tortilla de hacendado de Mercadona. Se le había hecho una tortilla de las de concurso vascongado, y la tortilla hacendada (Hacendado, hacendosos, hacienda, aristocracia..) se la custodiamos en el frigorífico. Ocurrió que la tortilla rodante de hacendado provenía de otra localidad donde mi hermano había sido también invitado a comer. Para no degustarla tampoco, le pondrían algo de lo único que come: solomillo, ibéricos, queso y mucho pan. A las 3:30 la recogió de la nevera su tortilla zascandil y se la llevó a su casa. Debió recorrer la tortilla en un día, fácil, 30 kilómetros.
El próximo viernes día 10 es el homenaje a Ernesto Delgado Baudet en el Ateneo, ya tengo las ideas sobre las que hablaré en la mesa redonda.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
sábado, diciembre 04, 2010
Pepiño Blanco, el Príncipe
Maquiavelo era un pluralista, como nos enseña Isaiah Berlin, por lo que distinguía los valores de la Iglesia de los del príncipe. Éste debía regirse por los valores que orientasen su política a los fines de gobierno. No decía que unos valores debían prevalecer sobre otros sino que eran distintos campos de actuación, sujetos a principios diferentes.
Hoy he admirado a Pepiño, como nunca había admirado a ninguno de la secta ni creía pudiera hacerlo. Les he oído sus declaraciones con suma atención, y se induce con claridad la jugada. Hace unos días ya se había anunciado la privatización parcial de Aena, era interesante para el futuro poder sacar al mercado una empresa rentable y sin el pesado lastre del agujero negro de los controladores. Aena ha comprimido al máximo el gasto y las inversiones públicas han salido muy resentidas, por lo que no podía mantener esos gastos corrientes.
Ha elegido (el gobierno) el día del decreto, ha sido una provocación principesca, y les ha salido mejor de lo previsto, vaya que sí. La soberbia ha conducido a la mafia a la trampa de forma tan exaltada como ciega. De manera que toda la opinión pública sin una sola excepción ha cerrado filas con el gobierno y se ha puesto en contra de la mafia aérea. Era el momento el puente, y no otro día como dice la oposición y algunos medios, y el trastorno debía ser de hecatombe. Una apuesta estratégica de órdago, que era la que precisaba el príncipe/gobierno. Ni en navidades, nunca más se repetirá la huelga salvaje, dice el gobierno. De paso aclara el jaque mate. Ahora sí que tiene las manos libres el gobierno. Puede acabar toda la mafia sin antigüedad, tras expedientes y comienzo de cero y jornada normalizada.
Un mundo que agoniza
Una larga lista de víctimas e injusticias. No sólo pacíficos ciudadanos con sus vacaciones arruinadas, sino gigantescas pérdidas económicas, trasplantes y operaciones truncadas, órganos que debían viajar caducados, presencias urgentes e irrepetibles impedidas, daños incalculables, incomodidades, indignación, rabia, dolor… Injusticia máxima.
Joaquín Sabina, en su vertiente de pensador político, ya dijo a cuenta de la huelga de septiembre pasado, que la huelga era sagrada. Un gesto de fidelidad extrema al pasado. Un pasado liso, actual, intercambiable y presente, un tiempo tonto repetido, un tiempo sin tiempo. Es difícil concebir que la huelga sea sagrada en el territorio de la opulencia y el despilfarro y la ebriedad consumista de la era postindustrial. Son magnitudes de no fácil acomodo. Ay, el nicho histórico, el contexto objetivo, la era industrial…
La huelga era sagrada a finales del XIX y durante buena parte del XX, y allí donde floreció en Inglaterra o en las minas de Bélgica, o para los proletarios alemanes, rusos o norteamericanos.
La huelga fue sagrada y los que murieron o sufrieron penalidades inconcebibles para que se la reconociera e institucionalizara, no imaginaron las actuales condiciones de trabajo. Los marxistas (que fuimos) sabíamos eso y que hubo revueltas campesinas sangrientas, rebeliones de oprimidos y penados y que la huelga (no revuelta o rebelión) se produjo en los albores de las primeras acumulaciones capitalistas.
La huelga está dejando de ser sagrada, más allá de su legalidad o ilegalidad, al menos en estos pagos europeos, como también lo van a dejar de ser otros reductos de hiperprotegidos profesionales. La sacralidad, en todo caso, acompaña cada vez más a los que la padecen: los ciudadanos con derechos a vacaciones, los enfermos, los padres adoptivos que iban a ser juzgados para otorgar la paternidad en Addis Abeba y un cúmulo de gente con necesidades propias que no se pueden vulnerar.
Otra particularidad carpetovetónica que se tambaleará cada vez más serán las bajas médicas de conveniencia.
El decurso del tiempo no deja de hacer quiebros e inflexiones, el futuro está más abierto que nunca y más incierto. Europa ve como van cayendo una a una todas las fichas del dominó, pero sigue mirándose al ombligo. La propia centralidad le impide ver más allá de sus fronteras, y sigue sin atenerse a cada uno de los elocuentes signos de su marcha hacia la total marginalidad. Se creyó que todo lo que le convenía era sagrado. Y no son ni las bajas médicas (fraudulentas).
Su cultura de protección e igualdad, como lo ha entendido Europa va a ser arrasada sin contemplaciones, por un conservadurismo europeo absolutamente centrípeto como paralizante, que antes aniquiló la imaginación y toda creatividad.
Entre tanto, Pepiño, héroe maquiavélico.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
sábado, noviembre 27, 2010
Como europeo, por alusiones
Madeleine Albright y Eguiar Lizundia (ex-rastafari) Universidad de Georgetown, Washington
Debió ocurrir el lunes pasado. Me llama E. a la noche.-Tengo cosas que contarte de la universidad. Hoy Madeleine Albright ha traído a su clase (son como clases magistrales para pocos alumnos) a un ex miembro del gobierno.
No sé si fue del de ella y Clinton o de otro. Deduje que un equivalente a nuestros directores generales o subsecretarios. Debía de hablar de Defensa.
Así como el expresidente Uribe de Colombia debió resultar muy sorprendente y extraño (como algo pirado) hace unas semanas en la Universidad, este americano, a cuenta de la falta de colaboración de los europeos con la identificación de las personas que viajan a EE.UU desde Europa, lo que les molesta bastante, inició una batería de diatribas y descalificaciones contra los europeos.
- Ya sabes lo antieuropeo que soy, y esa fama me acompaña en la universidad, pero me estaba poniendo negro el conferenciante diciendo que los europeos eran los hermanos pequeños de EE.UU (-yo pensaba que los biznietos mimados-), a los que solo les gusta nuestro cine, que no tienen ni idea de lo que es el terrorismo y cosas así. Te juró que molestaba y llegó un punto en que se podía considerar ofensivo. Le tenía al lado a Arnau y le veía revolverse indignado en la silla. Además todos los americanso se daban la vuelta para mirarnos como diciéndonos “¿no vais a responder?”.
- Qué pasa, que no había franceses, alemanes, sicilianos…- le digo.
- En ese grupo sólo estamos Arnau y yo. Levanté el brazo y comencé recordando el 11-M fecha en la que estaba en Madrid, aunque en realidad estuviese esquiando en Francia, pero vivía allí, el terrorismo de ETA. Hablé de los países del Este y su experiencia totalitaria, de la protección de datos… todo bien enhebrado. Lo masacré. Me contestó, pero penoso, balbuciente. Y, lo que tengo que contarte: va Madeleine Albright, la que terminó manu militari con Milosevic y su Serbia, y suelta “estoy totalmente de acuerdo con lo que ha dicho Eguiar”.
Almorcé con ella y tres más. Comentó que lo que había dicho el ponente es bastante común, y que luego desde la Secretaría de Estado y la diplomacia hay que contrarrestar.
Bueno, toda la tarde la gente dándome palmaditas.
-
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
viernes, noviembre 26, 2010
Yussuf el mercenario y Ahmed el vendedor de especias
Esta mañana en la planicie me las he tenido que ver con Ahmed, el vendedor de especias, y me ha empezado a recitar no sé cuantas suras.
- No sabía que fueras el muecín- le he dicho para ver si de un respingo se tiraba o caía del minarete (me daba igual).
- Recuerdos de Yussuf, le he jurado vasallaje. Me ha dicho que no me llames Yussuf dos.
Yussuf se siente ya un maestro con discípulos. Todo es obra de Tox, el relaciones públicas feliz.
- No sabía que fueras el muecín- le he dicho para ver si de un respingo se tiraba o caía del minarete (me daba igual).
- Recuerdos de Yussuf, le he jurado vasallaje. Me ha dicho que no me llames Yussuf dos.
Yussuf se siente ya un maestro con discípulos. Todo es obra de Tox, el relaciones públicas feliz.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
miércoles, noviembre 24, 2010
El abogado que abría mundo
Heidegger se refería a "abrir mundo" y enraizarse en la tierra. Eran dos condiciones existenciarias. Imagino que todos los ámbitos de trabajo serán planicies de insuficiencia y desiertas mesetas frías como las estepas rusas. Por eso entre otras cosas necesitamos tener amigos. Mi ámbito es la hammada saharaui, la desolada y anémica meseta que llega a Tinduf. Pero en mi hammada saharaui encontré el cabaret Oasis de Pepe el Boli, dos leyendas en El Aaiún del final de la ocupación española (también sale en la mejor novela sobre el Sáhara que llevo leída, de Luis Leante).
Hablé no hace mucho del abogado que abría mundo por manglares y junglas y de las chicas de quince años, que hermosísimas, se bañan en los ríos. Hasta allí no llega la coacción de la maquinaria reglamentista de la más ferrea moral que pretende abolir las excrecencias más pecaminosas de la naturaleza, en base a discursitos ideológico legalistas de los más sabios y libres.
Hoy he ido al despacho del abogado que abre mundo. No era preciso verme con él, pero yo le busco. Sé de su cotidianidad, de su día a día. Le hago muchas preguntas y él me contesta a todas. Tenía una lata de cerveza. Él sólo ofrece singularidad y cadenas de ruptura con el carácter angosto, adusto, limitado, monocorde, aburrido del pequeño mundo.
- ¿Qué bebes?
- Cerveza, pero sin alcohol.
- Ah, sin alcohol...- le he dicho con una carga ostensible de reproche y un rictus de indisimulado desprecio.
- Hace dos años que no bebo.
- Te lo pohibieron.
- No, lo dejé yo.
- ¿Lo dejaste tú? no me digas.
- Bebía mucho.
- Mucho ¿cuánto?
- 20 cervezas y 3 botellas de vino... al día.
- Es imposible, tendrías que dedicar 10 ó 12 horas a beber-
- Como que empezaba a las 7 con las cervezas.
Para no desmerecer -cuando le he contado lo que yo bebía me ha echado una mirada displiciente-, me he visto obligado a contarle algunas de mis proezas etílicas.
- ¿Cómo se vive sin beber?- se lo he preguntado temiendo que, de inmediato, se me iba a derrumbar este personaje que tanto me atrae. Ahora me dirá la clásica patraña higienista y didáctica de la Nueva Moral diseñada por médicos y gestores " que se encuentra de maravilla". Rumiaba anticipadamente la inminente y sombría decepción, cuando va y me contesta " la vida es más triste sin beber".
Desde que descubrí a mi hermano no me había pasado nada igual. Siempre me sorprende.
Hablé no hace mucho del abogado que abría mundo por manglares y junglas y de las chicas de quince años, que hermosísimas, se bañan en los ríos. Hasta allí no llega la coacción de la maquinaria reglamentista de la más ferrea moral que pretende abolir las excrecencias más pecaminosas de la naturaleza, en base a discursitos ideológico legalistas de los más sabios y libres.
Hoy he ido al despacho del abogado que abre mundo. No era preciso verme con él, pero yo le busco. Sé de su cotidianidad, de su día a día. Le hago muchas preguntas y él me contesta a todas. Tenía una lata de cerveza. Él sólo ofrece singularidad y cadenas de ruptura con el carácter angosto, adusto, limitado, monocorde, aburrido del pequeño mundo.
- ¿Qué bebes?
- Cerveza, pero sin alcohol.
- Ah, sin alcohol...- le he dicho con una carga ostensible de reproche y un rictus de indisimulado desprecio.
- Hace dos años que no bebo.
- Te lo pohibieron.
- No, lo dejé yo.
- ¿Lo dejaste tú? no me digas.
- Bebía mucho.
- Mucho ¿cuánto?
- 20 cervezas y 3 botellas de vino... al día.
- Es imposible, tendrías que dedicar 10 ó 12 horas a beber-
- Como que empezaba a las 7 con las cervezas.
Para no desmerecer -cuando le he contado lo que yo bebía me ha echado una mirada displiciente-, me he visto obligado a contarle algunas de mis proezas etílicas.
- ¿Cómo se vive sin beber?- se lo he preguntado temiendo que, de inmediato, se me iba a derrumbar este personaje que tanto me atrae. Ahora me dirá la clásica patraña higienista y didáctica de la Nueva Moral diseñada por médicos y gestores " que se encuentra de maravilla". Rumiaba anticipadamente la inminente y sombría decepción, cuando va y me contesta " la vida es más triste sin beber".
Desde que descubrí a mi hermano no me había pasado nada igual. Siempre me sorprende.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
domingo, noviembre 21, 2010
140 euros invertidos en el Sáhara y unas 1.200 páginas leídas
La temeraria y anónima retaguardia del Polisario con su correspondiente disfraz.
Este es el balance provisional: he leído casi 5 libros y aun me quedan 3, de los 8 que ha comprado en un par de semanas sobre el Sáhara. El sábado tendré Estudios saharianos de Julio Caro Baroja. Más suerte no he podido tener, pues está agotado. Luego iré a por más. Me está apasionando la historia a límites bastante exagerados.
La página más bella y épica la escribió el Polisario en su guerra contra Marruecos, que mereció (pero no se produjo) la involucración del Ejército español en la defensa de la independencia del Sáhara, como algunos militares planearon, avanzando hasta Rabat a por el monarca alauí. El ser humano necesita epopeyas, mitos, exaltaciones, destino marcado, emociones, romanticismo, esperanza, belleza, dignidad e incluso moral. Debemos relativizar nuestras esperanzas y moderar nuestra necesidad de absolutos, la belleza incluida.
¿Qué cómo sería un estado saharaui independiente hoy? Evidentemente no sería democrático, ni plural ni respetuoso con los derechos humanos, ni tampoco próspero. Sería un país corrupto, la casta revolucionaria primero, yihadista después –ese cóctel mortal- estaría dividida, quizá con alguna guerra civil entre ellos a sus espaldas, con una emigración fantástica.
El Polisario tan nutrido de marxistas como islamistas, habría visto desplomarse desde el poder la herencia nacionalista y panarabista de Nasser, el laicismo baasista sirio, el movimiento de los países no alineados y el bloque soviético. Le faltó por conocer permaneciendo en el poder la revolución islámica de Jomeini, esa autenticidad yihadista, y tampoco conoció a los talibanes. Estar en Tinduf no compromete y lo paraliza todo. Es una urna.
Pero no son los saharauis ni sus derechos incluso deberes que puedan tener lo que me interesa, bastante tienen, me interesan las pulsiones de los europeos, sus representaciones, sus adhesiones, sus aparentes vocaciones.
No me gustan los europeos, no tanto por sus despilfarros y sus expectativas sobre ellos mismos, hijos de Dios que se lo merecen todo pero sin pagar jamás un precio, y pacifismo, otro de sus atributos de moralidad persecutoria, sino sobre todo por su eurocentrismo, ese vestigio colonial, que derrochan los progresistas europeos y españoles.
En el caso del Sáhara, los españoles se creen super responsables, únicos actores, se atribuyen protagonismos y responsabilidades un tanto desmedidas. A la vez vacían de toda ¡hipótesis! de responsabilidad, como siempre, al Tercer Mundo, merecedores ad aeternum del trato de irresponsables menores de edad. Ni lo entienden. Se ponen tutelares, justicieros, hiper responsables, protagonistas únicos… Ya le hubiera gustado a España tener el protagonismo con el que sueñan muy retrospectivamente…
La lucha entre el principio de realidad, tan descarnado y terrible, saharaui y el imaginario, rebelde contra su propio aburrimiento y opulencia, europeo, hispano especialmente, es intolerable.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
sábado, noviembre 20, 2010
Tea-cracia: Foster
Durante mucho tiempo, incluso llega hasta hoy, viajar era sinónimo de arte, de las ciudades que visitabas lo que ya sabías antes de ir eran los museos que verías, dejando las galerías de arte por descubrir. Como he ido muy pocas veces -casos muy puntuales en los que yo dilataba la estancia- por trabajo a Madrid, creo que ninguna vez, esas incluidas, que he ido a la Capital he dejado de visitar el Reina Sofía. El Thyssen y galerías de arte menos y nada el Museo del Prado, que fui dos veces de niño con mis padres. Pero sí fui al Prado (zona de afuera) recientemente para ver las puertas de Cristina Iglesias y toda la remodelación de Rafael Moneo.
En Bilbao siempre voy al Museo de Bellas Artes, cuyo orden de exposición es lo único que he controlado desde la adolescencia, a pesar del cambio de edificio y al Guggenheim. El mayor atracón museístico me lo di, con diferencia, en Nueva York. De forma que tengo una estimable colección de catálogos y libros de museos.
El disfrute del arte contemporáneo, a diferencia de otras actividades culturales o artísticas requiere de iniciación. El gusto, deleite o comprensión (se trata de significación, connotatum para ponernos al nivel sofistikatz del gremio) frente a él se inhibe, se confunde, no sabe, no entiende y el posible fruidor se abruma.
Todos los adjetivos calificativos con los que el juicio estético o la opinión se camufla para poder referirse a casi todo y explicarlo con adjetivos oportunistas tales como fresco, divertido (un talismán válido para todo hoy, un determinado plato, un coche, un traje...), interesante, singular…, tratándose del arte contemporáneo es bastante más complicado.
El arte contemporáneo debe ser degustado muy lejos de su ambiente, de su melosa sofisticación, la sublimidad afectada, el aristocratismo espiritual, el narcisismo profusamente ornamentado y puntiagudo, y demás taras, de suyo, tan frecuentes.
Ahora propendo más a la calle, a los museos al aire libre que ofrecen algunos lugares de las ciudades, o toda ella, como es Nueva York, a los edificios, a reconocer la buena arquitectura, en especial los rascacielos.
Todo para decir que, en nada, al Tea para ver el documental sobre el arquitecto Norman Foster, cena eludida y al Parra.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
lunes, noviembre 15, 2010
Si en vez de los marroquís hubieran sido los judíos
El cruento desalojo del campamento de Argdeim Izik con un número indeterminado de muertos, pero elevado, la brutal represión contra población civil únicamente (sin un solo combatiente), el azuzamiento a la persecución de la población marroquí (mayoría por desplazamiento político de la población) contra la minoría, ahora, saharaui, resulta inimaginable si en lugar de Marruecos hubiera sido Israel, y en vez de marroquís judíos.
Sinagogas incendiadas, cementerios profanados, algún judío asesinado en París, Hamburgo o Estambul, enardecidas manifestaciones de decenas de miles europeos en todas las capitales, boicots a productos israelís, masas embriagadas por ansías de venganza por toda la geografía del Islam, reuniones urgentes del Consejo de Seguridad, de la Liga Árabe, Consejo de Europa, amenazas de guerra contra Israel, declaraciones espontáneas de presidentes y ministros que luego tendrían que matizar, calificación de exterminio nazi…
Tratándose de Marruecos y de la más absoluta soledad de los saharauis, que hasta resulta irreal, rige la doble vara de medir, que puede llegar a estremecer.
Islamofobia seguramente.
Esta es una, la otra:
Hubo una manifestación en Madrid a favor de los saharauis, de las de muy poco calado. Barcelona no estuvo ni Sevilla, ni casi nadie.
En la de Madrid unos adolescentes saharauis, con ropajes militares gritaban “guerra, guerra, guerra”. Yo hubiera hecho lo mismo. Es lo mínimo que se puede esperar de un saharaui adolescente, trasterrado, sin información posible de su país y sus víctimas.
Pero enseguida tuve un recuerdo ceremonioso para el asfalto y las baldosas de la Puerta del Sol, donde aún reverberan miríadas de performativos asertos de “paz, paz, paz/ NO a la Guerra”.
No sabemos si los artistas de la paz paz paz o ¡No a la Guerra! afearon a los de guerra guerra guerra. Sacas a Israel y EE.UU –los grandes psicoterapeutas en la recuperación de los instintos tiernos (Freud) de los europeos- del escenario y el mundo se invierte y disparata a límites harto sorprendentes, alucinatorios.
Qué pensarán los promotores del ser humano raspado de biología o al menos de pulsiones dañinas o indecorosas.
Hay cierto medievalismo, optimistas antropológicos de equiparable formación y experiencia, en todos estos rituales de excitación y embriaguez por la paz/No a la guerra -Israel y EE.UU mediante-, con la sedación y laxitud que producen actuaciones un tanto extremas, a mi modesto entender.
Sinagogas incendiadas, cementerios profanados, algún judío asesinado en París, Hamburgo o Estambul, enardecidas manifestaciones de decenas de miles europeos en todas las capitales, boicots a productos israelís, masas embriagadas por ansías de venganza por toda la geografía del Islam, reuniones urgentes del Consejo de Seguridad, de la Liga Árabe, Consejo de Europa, amenazas de guerra contra Israel, declaraciones espontáneas de presidentes y ministros que luego tendrían que matizar, calificación de exterminio nazi…
Tratándose de Marruecos y de la más absoluta soledad de los saharauis, que hasta resulta irreal, rige la doble vara de medir, que puede llegar a estremecer.
Islamofobia seguramente.
Esta es una, la otra:
Hubo una manifestación en Madrid a favor de los saharauis, de las de muy poco calado. Barcelona no estuvo ni Sevilla, ni casi nadie.
En la de Madrid unos adolescentes saharauis, con ropajes militares gritaban “guerra, guerra, guerra”. Yo hubiera hecho lo mismo. Es lo mínimo que se puede esperar de un saharaui adolescente, trasterrado, sin información posible de su país y sus víctimas.
Pero enseguida tuve un recuerdo ceremonioso para el asfalto y las baldosas de la Puerta del Sol, donde aún reverberan miríadas de performativos asertos de “paz, paz, paz/ NO a la Guerra”.
No sabemos si los artistas de la paz paz paz o ¡No a la Guerra! afearon a los de guerra guerra guerra. Sacas a Israel y EE.UU –los grandes psicoterapeutas en la recuperación de los instintos tiernos (Freud) de los europeos- del escenario y el mundo se invierte y disparata a límites harto sorprendentes, alucinatorios.
Qué pensarán los promotores del ser humano raspado de biología o al menos de pulsiones dañinas o indecorosas.
Hay cierto medievalismo, optimistas antropológicos de equiparable formación y experiencia, en todos estos rituales de excitación y embriaguez por la paz/No a la guerra -Israel y EE.UU mediante-, con la sedación y laxitud que producen actuaciones un tanto extremas, a mi modesto entender.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
domingo, noviembre 14, 2010
¿En el orden del lenguaje o en el del habla?
Básicamente he leído sobre el Sáhara, dos novelas de admiradores del lugar y su gente. Dan cierta perspectiva emocional y datos concretos, ya que se esfuerzan por embeberse del lugar, la época, la historia. El tema gira en torno a la descolonización fallida. También me he metido en un ensayo histórico geográfico bastante brutal, a cargo de unos militares republicanos que anduvieron por allá en lo años 20 ó 30.
Con lo poco dado que soy a leer cualquier novela, con esas dos novelas he hecho una excepción y las he leído de corrido (una, la otra está traspasada la mitad). Las dos están bien planteadas, Sáhara, al última misión y Morir por el Sáhara y abordan muy bien el asunto, literariamente, yo que tenía algunas dudas.
Otra acción intelectual acometida ha sido leer el libro de Alejandro Suárez que presento el martes, casa Elder, 18:30, hora infame.
Es una cosa curiosa la poesía en general, ésta en particular. Ale es escueto, y anticonversador. Yo le sonsaco, le interrogo pero en primer grado y ¿qué obtengo? Series de cinco o seís palabras, series isla. Así hasta el infinito. Sería muy difícil entrevistarlo.
Ante cualquier mujer que nombre, le digo ¿te la has tirado? Se sumerge entonces en un mar de carcajadas, luego, generalmente, de reconocerme que ya le hubiera gustado, que es lo que contestan todos a los que les hago la misma pregunta, que son la mayoría, salvo si es muy desconocido, que no se la hago. La debo hacer mal (la pregunta) o son de muy escasa actividad y éxito parejo, a ras.
La cuestión que voy a plantear es la siguiente. ¿Qué sustenta la poesía de Alejandro, la estructura deslizante de su habla o la del lenguaje, de mucha mayor fijeza? De dónde extrae el ajuste literario: ¿del imaginario o de lo simbólico? ¿Qué estructura es la capaz de propiciar un orden estético, redimir del caos e instaurar un principio intelectual en el que las emociones conserven un nivel notable de flotabilidad?
Acabo de hacer un ejercicio poético a nivel de significación, gracias.
Con lo poco dado que soy a leer cualquier novela, con esas dos novelas he hecho una excepción y las he leído de corrido (una, la otra está traspasada la mitad). Las dos están bien planteadas, Sáhara, al última misión y Morir por el Sáhara y abordan muy bien el asunto, literariamente, yo que tenía algunas dudas.
Otra acción intelectual acometida ha sido leer el libro de Alejandro Suárez que presento el martes, casa Elder, 18:30, hora infame.
Es una cosa curiosa la poesía en general, ésta en particular. Ale es escueto, y anticonversador. Yo le sonsaco, le interrogo pero en primer grado y ¿qué obtengo? Series de cinco o seís palabras, series isla. Así hasta el infinito. Sería muy difícil entrevistarlo.
Ante cualquier mujer que nombre, le digo ¿te la has tirado? Se sumerge entonces en un mar de carcajadas, luego, generalmente, de reconocerme que ya le hubiera gustado, que es lo que contestan todos a los que les hago la misma pregunta, que son la mayoría, salvo si es muy desconocido, que no se la hago. La debo hacer mal (la pregunta) o son de muy escasa actividad y éxito parejo, a ras.
La cuestión que voy a plantear es la siguiente. ¿Qué sustenta la poesía de Alejandro, la estructura deslizante de su habla o la del lenguaje, de mucha mayor fijeza? De dónde extrae el ajuste literario: ¿del imaginario o de lo simbólico? ¿Qué estructura es la capaz de propiciar un orden estético, redimir del caos e instaurar un principio intelectual en el que las emociones conserven un nivel notable de flotabilidad?
Acabo de hacer un ejercicio poético a nivel de significación, gracias.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
jueves, noviembre 11, 2010
Homenaje a Ernesto Delgado Baudet
10 de diciembre en el Ateneo de la Laguna
El acto consistirá en una mesa redonda sobre su vida y obra y habrá una lectura de sus poemas. La elección en mi caso es muy fácil, porque es el más hondo que podría leer. El más emotivo.
Se proyectarán fotos de él. Su última novela parece que ya está en manos de la editorial, y avanzaremos próximamente en la edición –muy cuidada- de toda su obra. Gracias siempre a Elica.
El martes próximo en la casa Elder presentaremos Anghel Morales y yo a un libro de poemas de Alejandro Suárez, a quién di en llamar el Rapsoda. Por quien el escritor y consumidor compulsivo de alta cultura, pero antifilósofo y antipolítico, Juan Ignacio Royo (antes Juan Royo Iranzo) siente fascinación. Hace 5 años (el Rapsoda) me traía folios de poemas. Yo ejercía de mentor o de una figura con algunos de sus ribetes, cuando no he escrito un verso en mi vida, ni siquiera en mi atribulada y confundida adolescencia.
Le reconvenía y le decía “estas son letras desgarradas de un grupo punky, con la diferencia abismal que se nota que prescinden de la compañía y cobertura de un grupo que las avale. No hay punkys solistas: ¡lee!” Leyó, pero creo que todo es intuición, un orden por fin muy interno y difícil de conseguir. Bordearlo era fácil, alcanzarlo, como es el caso, no.
Todos los huérfanos de la religión (catolicismo y comunismo) han vuelto a la mitología. Es fantástico el salto atrás, con que ansia persiguen la paz y la justicia,¡ como adivinan los órdenes impolutos! ¡Cuánta nostalgia de Dios!
El eminente Cardenal Ratzinger no comprende en absoluto a esta sociedad. La iglesia está demasiado humanizada y es excesivamente mundana, su mensaje es insuficiente y la sociedad está loca por trascender su condición mortal y reemplazar a Dios en la dación de un orden perfecto. Se rebelan contra las pulsiones humanas, las niegan, no conciben la guerra, la violencia, ni se limitan a intentar gestionarla, la abominan de una manera cada vez más ritualizada, mitologizada. A veces, en estos u otros momentos sin embargo se distraen.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
domingo, noviembre 07, 2010
Excepciones culturales
El viernes a las 20.30 se celebra es ese espacio mágico que es el TEA, un magnífico edificio, la presentación del libro de relatos de Javier Hernández, que viste jersey, como siempre, a rayas horizontales. Me cae bien y fui, es un adicto a la palabra, más comedido que cuando le conocí en la radio. Dicen que es un buen escritor del género negro. La literatura por géneros me resulta de difícil intelección, debe ser porque siempre he estado distanciado de todos los géneros. Me parece una concepción medievalista y gremial, artesanal, de la literatura una vez traspasado el XIX.
He pasado por la vida sin haber leído una sola obra de ciencia ficción. Ni Lovecraft ni Asimov ni el resto de duendes, nadie. Me gustaría poder decir lo mismo de otro género que aborrezco a distancia que es el policial, pero lamentablemente leí los 10 negritos de Agatha Christie. Lo digo porque añoro la pureza del vacío. Sí leí a Corín Tellado y a Marcial Lafuente Estefanía aunque apenas para poder presumir de haberlo hecho.Con Agustín Enrique, el finisecular y su novia fuimos al Tanque. XY, cansada, desertó, como dejó caer que lo haría. Yo estaba sin llaves, como mi hermano, en aquel momento decanable/ rango secretario de los Sres advocats, cuando comprobó que no las llevaba consigo en una cena y determinó suicidarse. “¡Ten dignidad, búscate razones existenciales para el suicidio que seguro las encontrarás y no temas domésticos!”. Me hizo caso, luego, quiero creer, de avergonzarse.
- Me esperan Rafa y compañía.
- Los comunistas ¿siguen siendo comunistas?- me pregunta Agustín Enrique
- La verdad es que lo llevan como pueden, no ves que tienen todo el Materialismo histórico en contra, por no entrar en el dialéctico. Si al menos fueran hegelianos podrían disimular mejor, alabando al Espíritu absoluto encarnado en todo aquello que se moviese.
En el Tanque había algo de clase media refinada adicta a la sensibilidad, la finura y la imagen. Supongo, porque no distingo bien. Enseguida percibes que son incapaces de odiarse a sí mismos, lo que les infunde de cierto vestigio de vulgaridad.
En la barra del kiosko injertado en el Tanque estaba la Mujer Superior: Mari Elba.
- Acaba de estar hablando de ti con tu amiga, se acordaba de tu nombre, está por ahí- me dice.
- Quién ¿mi paisa?
- Claro, N. la vasca, le di tu blog.
- Pero si la odiabas.
- Yo nunca la he odiado…
- Bueno, la detestabas…
- En absoluto, si somos amigas, es una chica estupenda.
Me voy donde Rafa y señora acompañante, tras tanta refutación. Vuelvo donde la Superior.
- ¿Me pones otra unidad?
- ¡Qué manera de beber! ¿con hielo?- me sorprende porque tomo esbirras. Creyó que le daba al güisqui.
- Si la anterior era la primera, vengo de una presenta donde solo daban aire. Soy de natural muy oral y ansioso- le informo.
- Yo también soy muy ansiosa… depresiva- reímos, así de genial es la Mujer Superior, quién la vez anterior refulgió e hizo cabrillear y rielar a la vascongada, también superior y de una pieza.
Hay una chica joven embutida en un vestido muy mono, muy guapa que lleva una mochila como para ir de camping, una imagen muy MoMa, calle 53, N.Y. Luego veo a una artista cerúlea de labios electrificados que da gritos en inglés.
- Actúa mañana, cantaba con Lou Reed- me dijo Mari Elba. No le pregunté si con la Velvet porque exudaba Manhattan por toda su blancura.
Me acerqué a la actuación en el centro del tanque, era Chicago y había tanto público como el que estaba en la zona del kiosko y patio. Todos desaparecidos. Al salir al exterior oigo mi nombre completo, me giro y una chica que estaba sentada en el bordillo se levanta apartando el móvil. Una figura juvenil, dulce y sonriente se me acerca.
- Pero si eres tú, estoy buscando a mi… ¿Estás hablando por el móvil?- le preguntó para continuar (hablando) o proseguir (andando).
- Si con mi… - si no ha cambiado debe ser el vasco canario que vive en Madrid
- Bueno, pues nada, a ver si nos volvemos a ver
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
viernes, noviembre 05, 2010
Manifiesto a favor de Fernando Sánchez Dragó y los libros
http://www.elmanifiesto.com/articulos_drago.asp
Contra el puritanismo Tea Party carpetovetónico y cañí, de los que tienen motivos para odiar los libros y la libertad individual (Gobernación y acolitaje), en base a dos sucintas consideraciones.
- Se han pasado la vida leyendo ponencias de congresos, informes, revistas, resúmenes, notas, recensiones oficiales, periódicos, boletines, es decir papel sin coser.
-Estos profesionales del brazo alzado unísono y vitalicio, de prietas las filas, de la servidumbre han de odiar a un librepensador como Fernando Sánchez Dragó, encima estuvo preso con Franco varias veces, algo que a ellos ni les ocurrió ni les ocurriría nunca.
Contra el puritanismo Tea Party carpetovetónico y cañí, de los que tienen motivos para odiar los libros y la libertad individual (Gobernación y acolitaje), en base a dos sucintas consideraciones.
- Se han pasado la vida leyendo ponencias de congresos, informes, revistas, resúmenes, notas, recensiones oficiales, periódicos, boletines, es decir papel sin coser.
-Estos profesionales del brazo alzado unísono y vitalicio, de prietas las filas, de la servidumbre han de odiar a un librepensador como Fernando Sánchez Dragó, encima estuvo preso con Franco varias veces, algo que a ellos ni les ocurrió ni les ocurriría nunca.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
miércoles, noviembre 03, 2010
La convención sobre el Sáhara, un microrrelato
Cuando he tenido algo que decir me ha salido bien, cuando he dicho sin tener que decir, mal. En todo los casos. El tener que decir se complica cuando no hay nadie que quiera escuchar. Escuchar ahora y aquí, porque hay apuestas que compensan siempre y a veces se comprueba su reverbero (el más apetecido). Pero ocurre que algunos de los que no quieren escuchar no paran de hablar, y hemos de oírles y ver sus sucintas consignas aspaventar. Si no quieren escuchar ni tampoco saber, sobre todo esto último, no por ello observan consecuente discreción y prudencia, o muestran reserva, o se documentan para poder ser tenidos por expertos y así oídos, nada de eso, son sólo mediáticos de impronta estética/moral. Una exhibición de hondura moral.
¿Alguien imagina un orden mundial en el que flotillas del yo sustituyesen a organismos internacionales, gobiernos, acuerdos… a modo de legión de intervención inmediata en conflictos internacionales, cómo se propagaría y entre quienes? Su beligerancia, partidismo, repudio de la neutralidad, terminaría en el reclutamiento militar, de ser operativas y situarse por encima/al lado del orden internacional, salvo que se auto reclutaran ellos mismos, lo que es dudoso.
En la flotillas los yos persiguen una causa, por medio de un aliento muy poderoso que emerge de ellos aunque engastado por numerosas fantasías muy personales, en las que gracias al activismo mediático les va a reportar grandes planos cortos, reconocimiento y minutos de gloria ¿qué es la gloria si no heroísmo calculado o no!
En cambio un servidor tiene su propio yo, áspero, pendenciero, amigo de refriegas, tumultos y controversias y con clara vocación de francotirador porque, no sé cómo me las arreglo, tengo todas las pancartas de frente y sin el abrigo de tenerlas alguna vez delante.
El ser facha, de menos no me puede valer.
Alguien, hoy provecto, fue muy dado a naciones y nacionalidades, a pueblos y factores étnicos, a lenguas, bilingüismos y diglosias, a modos de producción y formaciones sociales y encima leyó a Stalin sobre la cuestión nacional, entre otros. Era la época de las cuestiones nacionales, sobre las que tratábamos de ilustrarnos. Éramos más de la inteligencia de las cosas que de la moralidad publicitada de uno mismo y el culto religioso a la ignorancia y la imagen. ¡Qué tiempos! Saber, conocer, poder discutir e imponerte por razones y argumentos.
Tal y como trató de poner de manifiesto en un acto del Colegios de Abogados en el Auditorio en presencia del alfaguara Luis Leante, por una novela sobre el Sáhara y los hermanos Ríos con un documental sobre la Marcha Verde. Se le acercó después mucha gente. Muy sorprendente.
Después ocurrió que con la gente que intentó organizarse para resistir al avance del pensamiento de progreso (indistintamente al pasado o al invento) de Zapatero/Maragall en el partido de Rosa Diez, discutió con uno de aquellos colegas de conspiración. Duramos lo que la conspiración inicial.
Le hablaba de cómo un trashumante del desierto podría tener representación, imago, símbolo, weltanschaung de nación o pueblo, de territorio cerrado o de generalidad, autoridad única, legislación no tribal etc, etc.. y no me saca él con su lectura/cultura de El País – el daño que ha causado ese periódico a los libros jamás se restañará- la resolución de la ONU. Le contesté por el periódico y corté con él.
El Sáhara es la gran piedra oscura de la mayor ignorancia, es un asunto medieval por el oscurantismo con que se le rodea, así los saharawis son puros como nuestros ideales instrumentalizadores.
En el Sáhara se expresa a la perfección el gran principio de la autodeterminación y el carácter del nacionalismo. La autodeterminación, como decía Ernst Gellner (a quién todos los amantes de los nacionalismos descolonizadores conocen muy seguramente) sirve para cambiar las mayorías, invertirlas, poner a los de abajo arriba y a los de arriba abajo.
A ver si con este ejemplo se me entiende:
Hay sólo en El Aiún –dando por muy claras y muy nítidas las diferencias en el gran mosaico tribal de todo el Magreb- 100.000 nacidos allí de padres marroquís. El derecho de autodeterminación ¿con ellos o sin ellos? Si con sus padres o sin ellos. Que haya saharawis que les traiga al pairo ser también marroquís ¿es importante, lícito, posible? ¿Alguien atisba una relación sólo teórica entre autodeterminación y limpieza étnica? Lo digo por lo que suele pasar. En el Oriente Medio ocurrió y además está prometida y jurada oficialmente su repetición. En los Balcanes…
Autodeterminación ¿seguro, con quienes? ¿Autonomía, imaginación, realidad, globalización, migraciones, ¿realidad mediocre? ¡Ni pa Dios!: pensamiento mágico, que incluso es muy anterior a los procesos de descolonización. Y lo que pone.
¿Alguien imagina un orden mundial en el que flotillas del yo sustituyesen a organismos internacionales, gobiernos, acuerdos… a modo de legión de intervención inmediata en conflictos internacionales, cómo se propagaría y entre quienes? Su beligerancia, partidismo, repudio de la neutralidad, terminaría en el reclutamiento militar, de ser operativas y situarse por encima/al lado del orden internacional, salvo que se auto reclutaran ellos mismos, lo que es dudoso.
En la flotillas los yos persiguen una causa, por medio de un aliento muy poderoso que emerge de ellos aunque engastado por numerosas fantasías muy personales, en las que gracias al activismo mediático les va a reportar grandes planos cortos, reconocimiento y minutos de gloria ¿qué es la gloria si no heroísmo calculado o no!
En cambio un servidor tiene su propio yo, áspero, pendenciero, amigo de refriegas, tumultos y controversias y con clara vocación de francotirador porque, no sé cómo me las arreglo, tengo todas las pancartas de frente y sin el abrigo de tenerlas alguna vez delante.
El ser facha, de menos no me puede valer.
Alguien, hoy provecto, fue muy dado a naciones y nacionalidades, a pueblos y factores étnicos, a lenguas, bilingüismos y diglosias, a modos de producción y formaciones sociales y encima leyó a Stalin sobre la cuestión nacional, entre otros. Era la época de las cuestiones nacionales, sobre las que tratábamos de ilustrarnos. Éramos más de la inteligencia de las cosas que de la moralidad publicitada de uno mismo y el culto religioso a la ignorancia y la imagen. ¡Qué tiempos! Saber, conocer, poder discutir e imponerte por razones y argumentos.
Tal y como trató de poner de manifiesto en un acto del Colegios de Abogados en el Auditorio en presencia del alfaguara Luis Leante, por una novela sobre el Sáhara y los hermanos Ríos con un documental sobre la Marcha Verde. Se le acercó después mucha gente. Muy sorprendente.
Después ocurrió que con la gente que intentó organizarse para resistir al avance del pensamiento de progreso (indistintamente al pasado o al invento) de Zapatero/Maragall en el partido de Rosa Diez, discutió con uno de aquellos colegas de conspiración. Duramos lo que la conspiración inicial.
Le hablaba de cómo un trashumante del desierto podría tener representación, imago, símbolo, weltanschaung de nación o pueblo, de territorio cerrado o de generalidad, autoridad única, legislación no tribal etc, etc.. y no me saca él con su lectura/cultura de El País – el daño que ha causado ese periódico a los libros jamás se restañará- la resolución de la ONU. Le contesté por el periódico y corté con él.
El Sáhara es la gran piedra oscura de la mayor ignorancia, es un asunto medieval por el oscurantismo con que se le rodea, así los saharawis son puros como nuestros ideales instrumentalizadores.
En el Sáhara se expresa a la perfección el gran principio de la autodeterminación y el carácter del nacionalismo. La autodeterminación, como decía Ernst Gellner (a quién todos los amantes de los nacionalismos descolonizadores conocen muy seguramente) sirve para cambiar las mayorías, invertirlas, poner a los de abajo arriba y a los de arriba abajo.
A ver si con este ejemplo se me entiende:
Hay sólo en El Aiún –dando por muy claras y muy nítidas las diferencias en el gran mosaico tribal de todo el Magreb- 100.000 nacidos allí de padres marroquís. El derecho de autodeterminación ¿con ellos o sin ellos? Si con sus padres o sin ellos. Que haya saharawis que les traiga al pairo ser también marroquís ¿es importante, lícito, posible? ¿Alguien atisba una relación sólo teórica entre autodeterminación y limpieza étnica? Lo digo por lo que suele pasar. En el Oriente Medio ocurrió y además está prometida y jurada oficialmente su repetición. En los Balcanes…
Autodeterminación ¿seguro, con quienes? ¿Autonomía, imaginación, realidad, globalización, migraciones, ¿realidad mediocre? ¡Ni pa Dios!: pensamiento mágico, que incluso es muy anterior a los procesos de descolonización. Y lo que pone.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
lunes, noviembre 01, 2010
Cinco estrellas lujo
Está en un confín, en Buenavista. Le decía el recepcionista del hotel a alguien al otro lado del teléfono “está al suroeste de la isla de Tenerife, bueno, al noroeste”. Al poco, “se encuentra en el suroeste, qué digo, en el noroeste”, y así hasta una vez más que lo escuchara.
Cinco estrellas lujo tiene golf y spa, se ubica entre el mar y el campo de golf y la cordillera de Teno. Hablamos con Washington
- Aita: sigues sin conocer Teno, pero cada vez estás más cerca, con alguna década más…
- ¡Ya conozco Buenavista!
El hotel es fastuoso: vestidor con delicados focos engastados en el techo, caja de caudales por si queríamos perpetrar robos entre nosotros y a continuación autodenunciarnos, dos plasmas, uno en la sala y otro frente a la cama, dos plasmas que ni encendimos, un porche con otra mesa y sillones, de forma que estuve sentado en el sofá, en la silla de enfrente y en unos de los sillones del porche.
Fer quería celebrar un acontecimiento y quiso que fuéramos con ellos y nos invitó. Tampoco fue gratis total, porque yo ante la hostelería me abismo y salimos una vez del recinto bien salidos. Aunque a un próximo que es como si fuera del recinto.
Al llegar al Vinnci Fer se puso a fantasear con que a la noche “me tiro a la piscina vestido”, luego, cuando nos gintonificábamos en el Golf “está noche deberíamos coger un carrito y viajar por el green” (ilegalmente se entiende) “nos echan, no, nos echan”. El caso denigrante es que a las 12 estábamos en la cama, ridículamente gintonificados y sin haber roto un plato. La edad causa estragos en nosotros. A mi hermano por ejemplo, aspirante a subdecano de los señores advocats el próximo día viernes, le resultará indiferente, pero a nosotros no.
Teníamos gratis un circuito por las aguas del Spa, aguas con burbujas, de aguja, sugerentes. “¿Y si nos da por beberla? Nos ahogamos ¿cuánta agua es capaz de absorber un organismo humano”.
Sólo se tomó las aguas bullentes y burbujeantes, en piscinas tipo sucesivos suzukis, Rosita, que también se bañó en la piscina de dos pisos. El resto fuimos abducidos por las habitaciones de las que nos costaba salir una barbaridad, como si el spa/golf nos fuera hostil. Como eran tan lindas y relindas las habitaciones pasábamos en ellas el mayor tiempo posible, imbuidos de actitud dialogante y no parábamos de hablar, siempre con criterio, prosodia, destreza, como profesionales que fuéramos de las conversas. Y sin tomar nada, a pelo y palo seco. Como si estuviéramos con Vargas Llosa o cualquier de sus hijos, o la tía Julia o la prima Patricia.
El 5 estrellas lujo desciende como terrazas de maíz al campo de golf, esparciéndose a diferentes niveles, en el cuarto está la psicina y hay un bar para tomar cañas, en el de arriba hay más piscina y está el bufé donde descubrimos unos ahumados increíbles, daban ganas de preguntar si los dueños era pescadores suecos… del suroeste o del noroeste, y más arriba estaban los gintonic y los planes para Washington en primavera.
De regreso paramos en Garachico para el aperitivo, parecía Lekeitio o Zarautz, todo el mundo bebiendo desde fuera del bar, que es al que fuimos por la animación.
Allí reparé que llevaba una camiseta con el toro de Osborne, un toro facha. Si todos los toros son fachas, el de Osborne lo es más. El toro con más fama de facha pero ninguna de futbolista y ni siquiera de hincha, lo que resulta más que injusto, así es la política de pensamiento (humano-ide).
Hey Al! Are you working now?
El miércoles vino a la isla Al, nuestro amigo alto ejecutivo, que circunnavegó el mundo durante 8 años en velero de 12 metros, que se queda en casa. Vino Fer y nos dimos a los buenos caldos y gastrosofía. Fer se marchó trastabillante. De alguna manera contrarrestamos cpon carácter previo el declive puesto de manifiesto en cinco estrellas lujo.
De Washington DF
- ¿Ha salido ahí, en la televisión, la manifestación multitudinaria a favor de Obama en Washington?
- La he visto en la prensa, en el Polanco, dos páginas.
- Os habríais emocionado.
- Fuiste.
- Sí, claro. Antes di un desayuno en casa para más de 30, entre amigos y amigos de amigos venidos de todo el país.
- Tan pronto empezáis a darle.
- No, solo un par de “mimosas” (o algo así)
- ¿Y eso qué es?
- Naranja con champú. En la manifestación cada uno o cada grupo llevaba su reivindicación o lema. Así son los anglosajones.
- Como aquí: de la Iglesia a la trinchera para no tener que salir de ella y del sectarismo, el maniqueísmo y las satanizaciones. ¿Qué tal Halloween?
- Muy bien hasta que nos echó la policía.
Cinco estrellas lujo tiene golf y spa, se ubica entre el mar y el campo de golf y la cordillera de Teno. Hablamos con Washington
- Aita: sigues sin conocer Teno, pero cada vez estás más cerca, con alguna década más…
- ¡Ya conozco Buenavista!
El hotel es fastuoso: vestidor con delicados focos engastados en el techo, caja de caudales por si queríamos perpetrar robos entre nosotros y a continuación autodenunciarnos, dos plasmas, uno en la sala y otro frente a la cama, dos plasmas que ni encendimos, un porche con otra mesa y sillones, de forma que estuve sentado en el sofá, en la silla de enfrente y en unos de los sillones del porche.
Fer quería celebrar un acontecimiento y quiso que fuéramos con ellos y nos invitó. Tampoco fue gratis total, porque yo ante la hostelería me abismo y salimos una vez del recinto bien salidos. Aunque a un próximo que es como si fuera del recinto.
Al llegar al Vinnci Fer se puso a fantasear con que a la noche “me tiro a la piscina vestido”, luego, cuando nos gintonificábamos en el Golf “está noche deberíamos coger un carrito y viajar por el green” (ilegalmente se entiende) “nos echan, no, nos echan”. El caso denigrante es que a las 12 estábamos en la cama, ridículamente gintonificados y sin haber roto un plato. La edad causa estragos en nosotros. A mi hermano por ejemplo, aspirante a subdecano de los señores advocats el próximo día viernes, le resultará indiferente, pero a nosotros no.
Teníamos gratis un circuito por las aguas del Spa, aguas con burbujas, de aguja, sugerentes. “¿Y si nos da por beberla? Nos ahogamos ¿cuánta agua es capaz de absorber un organismo humano”.
Sólo se tomó las aguas bullentes y burbujeantes, en piscinas tipo sucesivos suzukis, Rosita, que también se bañó en la piscina de dos pisos. El resto fuimos abducidos por las habitaciones de las que nos costaba salir una barbaridad, como si el spa/golf nos fuera hostil. Como eran tan lindas y relindas las habitaciones pasábamos en ellas el mayor tiempo posible, imbuidos de actitud dialogante y no parábamos de hablar, siempre con criterio, prosodia, destreza, como profesionales que fuéramos de las conversas. Y sin tomar nada, a pelo y palo seco. Como si estuviéramos con Vargas Llosa o cualquier de sus hijos, o la tía Julia o la prima Patricia.
El 5 estrellas lujo desciende como terrazas de maíz al campo de golf, esparciéndose a diferentes niveles, en el cuarto está la psicina y hay un bar para tomar cañas, en el de arriba hay más piscina y está el bufé donde descubrimos unos ahumados increíbles, daban ganas de preguntar si los dueños era pescadores suecos… del suroeste o del noroeste, y más arriba estaban los gintonic y los planes para Washington en primavera.
De regreso paramos en Garachico para el aperitivo, parecía Lekeitio o Zarautz, todo el mundo bebiendo desde fuera del bar, que es al que fuimos por la animación.
Allí reparé que llevaba una camiseta con el toro de Osborne, un toro facha. Si todos los toros son fachas, el de Osborne lo es más. El toro con más fama de facha pero ninguna de futbolista y ni siquiera de hincha, lo que resulta más que injusto, así es la política de pensamiento (humano-ide).
Hey Al! Are you working now?
El miércoles vino a la isla Al, nuestro amigo alto ejecutivo, que circunnavegó el mundo durante 8 años en velero de 12 metros, que se queda en casa. Vino Fer y nos dimos a los buenos caldos y gastrosofía. Fer se marchó trastabillante. De alguna manera contrarrestamos cpon carácter previo el declive puesto de manifiesto en cinco estrellas lujo.
De Washington DF
- ¿Ha salido ahí, en la televisión, la manifestación multitudinaria a favor de Obama en Washington?
- La he visto en la prensa, en el Polanco, dos páginas.
- Os habríais emocionado.
- Fuiste.
- Sí, claro. Antes di un desayuno en casa para más de 30, entre amigos y amigos de amigos venidos de todo el país.
- Tan pronto empezáis a darle.
- No, solo un par de “mimosas” (o algo así)
- ¿Y eso qué es?
- Naranja con champú. En la manifestación cada uno o cada grupo llevaba su reivindicación o lema. Así son los anglosajones.
- Como aquí: de la Iglesia a la trinchera para no tener que salir de ella y del sectarismo, el maniqueísmo y las satanizaciones. ¿Qué tal Halloween?
- Muy bien hasta que nos echó la policía.
Ensayista, escritor y abogado. Ha publicado "El Sáhara como metarrelato" y "El Sáhara, perspectiva de revisión" entre otros. Parte de su obra ha sido comentada y referenciada en inglés y francés.
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