lunes, noviembre 15, 2010

Si en vez de los marroquís hubieran sido los judíos

El cruento desalojo del campamento de Argdeim Izik con un número indeterminado de muertos, pero elevado, la brutal represión contra población civil únicamente (sin un solo combatiente), el azuzamiento a la persecución de la población marroquí (mayoría por desplazamiento político de la población) contra la minoría, ahora, saharaui, resulta inimaginable si en lugar de Marruecos hubiera sido Israel, y en vez de marroquís judíos.
Sinagogas incendiadas, cementerios profanados, algún judío asesinado en París, Hamburgo o Estambul, enardecidas manifestaciones de decenas de miles europeos en todas las capitales, boicots a productos israelís, masas embriagadas por ansías de venganza por toda la geografía del Islam, reuniones urgentes del Consejo de Seguridad, de la Liga Árabe, Consejo de Europa, amenazas de guerra contra Israel, declaraciones espontáneas de presidentes y ministros que luego tendrían que matizar, calificación de exterminio nazi…
Tratándose de Marruecos y de la más absoluta soledad de los saharauis, que hasta resulta irreal, rige la doble vara de medir, que puede llegar a estremecer.
Islamofobia seguramente.


Esta es una, la otra:
Hubo una manifestación en Madrid a favor de los saharauis, de las de muy poco calado. Barcelona no estuvo ni Sevilla, ni casi nadie.
En la de Madrid unos adolescentes saharauis, con ropajes militares gritaban “guerra, guerra, guerra”. Yo hubiera hecho lo mismo. Es lo mínimo que se puede esperar de un saharaui adolescente, trasterrado, sin información posible de su país y sus víctimas.
Pero enseguida tuve un recuerdo ceremonioso para el asfalto y las baldosas de la Puerta del Sol, donde aún reverberan miríadas de performativos asertos de “paz, paz, paz/ NO a la Guerra”.
No sabemos si los artistas de la paz paz paz o ¡No a la Guerra! afearon a los de guerra guerra guerra. Sacas a Israel y EE.UU –los grandes psicoterapeutas en la recuperación de los instintos tiernos (Freud) de los europeos- del escenario y el mundo se invierte y disparata a límites harto sorprendentes,  alucinatorios.
Qué pensarán los promotores del ser humano raspado de biología o al menos de pulsiones dañinas o indecorosas.
Hay cierto medievalismo, optimistas antropológicos de equiparable formación y experiencia, en todos estos rituales de excitación y embriaguez por la paz/No a la guerra -Israel y EE.UU mediante-, con la sedación y laxitud que producen actuaciones un tanto extremas, a mi modesto entender.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sí hay boicot a Marruecos.
Su código de barras empieza por 611.
Y 869 es Turqía, de paso.
saluz.
E.C.