En este mundo nuestro ni una sola ansia de perfección y de alcanzar un estado de bondad y quietud que trascienda la condición mortal, imperfecta e insuficiente del hombre ha sido abandonada. El hombre es un ser que jamás renuncia a superar su condición mortal, no en vano es el más inflamado soñador de paraísos. Alguien verdaderamente loco, irresignado a la pérdida del paraíso, que cada poco inventa algún régimen criminal que se pretende divino. Su rebelión contra la condición mortal del hombre es tal que, suplantando al Creador, quiere fundar el hombre nuevo, una suerte de mutación e ingenio genético moral.
Los más ausentes y timoratos descubren ahora el mundo diplomático (casualmente norteamericano), con sus intereses, intrigas, prevenciones, intereses…. Exactamente lo mismo que se da en las empresas, entre los funcionarios, las familias, los grupos de amigos: engatusar, seducir, barrer para casa, intrigar, buscar las posiciones ventajosas... Lógicamente nada distinto a lo que se hace a otra escala y marcado a fuego en la antropología de cualquier grupo.
Los más tontos ponen el grito en el cielo, y buscan un orden pleno de trasparencia, un mundo orwelliano o el panóptico de Jeremy Bentham, donde no haya recoveco a la confidencialidad, el secreto, la intimidad, a lo no visión.
Assange, ese gran producto de su madre, esa increíble modelación de ella, debe ser trasparente consigo mismo. Es sumamente interesante su vida sexual, y su responsabilidad ahora es grande, quién nos muestra la literalidad y la orografía de mundos ya conocidos, debe hacer lo mismo con su vida sexual. La fórmula para todos, más para quienes nos influyen y tienen poder.
En él hemos confiado para la trasparencia total, lógicamente hasta la obscenidad.
1 comentario:
Para cuándo una wikileaks de la wikileaks. El panóptico nunca se completa del todo. Pero qué falta nos hace por estas tierras.
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