- A Don-hostias (que se daban), al festival de jazz, claro
- Iremos un día a Bilbao al Guggenheim, yo lo conzco pero mi amigo no
-Lo bueno del Guggenheim es que no sientes que estés en Bilbao, sino en una gran urbe cosmopolita, que no es precisamente el caso de la Villa. Más formato Athletic Club de Bilbao. A mi me atrae la negatividad como Adorno, lo que niega el ser, la norma, el prejuicio: Las Américas en Tenerife, el Guggenheim en Bilbao.
Pero antes, el 5 de agosto me voy a Las Arenas Getxo hasta el 19: Marbella. Quiero terminar mi libro vasco (excusa) continuación de De Bilbao a Bilbao, 40 años después. Va muy bien, porque ya es más de lo que todavía como nebulosa/intuición perseguía. Ir a Las Arenas me brinda una sensación muy satisfactoria, de entrada me duplica, la de vivir en dos sitios casi a la vez. Algunos días estoy sin hablar, leo mucho y escribo y también muy a gusto en aquella casa, que casi prestamos al por mayor. Este libro vasco, tambien canario, es testimonial, recuerdos, ensayo que sobre el conocimiento y vida que tuve y creo aún tener del país, se suscite la vision irreverente (que es la crítica sentida, vívida, ahora que abundan por todos lados los coros, los encuadrados, la entusiasta burocratización que acuña cargos, y dilución de todo) y de humor, no escatimando sátira, ironía y labor de deconstrucción. De la antigua sensibildad ante el país aquel. Las perspectivas siempre omitidas: mi trabajo. Uno ha de hacer lo que a uno le sale diferente, sólo cuando y donde ocurre,
El 19 de agosto XY de Tenerife y yo de Tenerife llegamos a Málaga, comida con los consuegros, ellos ya en Europa, y nosotros quedamos asentados, con hijos y nieto- como los últimos años- en Cabopino/Marbella: natación.
Celebraremos aparte nuestro encuentro con Al y Serena, la tradicional comida con Jamal y Amina, y Chaui, este año se incorpora Mustapha Akalay, ya feliz con su (nuestro) libro.
Uno ha ido con el paso cambiado toda su vida, pero que cuando ha tenido que llevarlo al unísono lo ha podido hacer. Desde hace un tiempo recojo esos frutos, los de la disipación y buenas dosis de inadaptación. A dios gracias. De todo lo que me he librado.
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