Mi hermano, como un golden retriever, siempre dispuesto a cobrarse piezas

Mi hermano cada 15 días cuando viene a Tenerife, siempre busca la manera de venir a casa y yo de que no lo haga. Que está solo como un perro, argumenta, pero desde que le conozco dice lo mismo, y a mi no me conmueve, como sí a los tutores que se ha echado ahora; que se hubiera casado, se eche novia, entre en una ONG, o haga fiestas, organice encuentros, invite, pague algo, dé y no esté siempre de receptor unoversal.

                           

Como he estado el fin de semana solo, pretendía subir, y le puse esta condición

- Si traes gente

- Es que no hay

- Pues la buscas, solo, no- o se vuelve ave de repetición culta, o no tiene conversación- A mi me da igual que gente sea, como si son aburridos, que ya les divertiré.

Ya le he advertido a mi hermano que haría lo imposible para que fuera desinvitado de la comida en casa de Rosa. Me había dicho  Rosita que le llevase y no le contesté, porque  no pensaba decírselo. Pero con la mala suerte de que el lunes, que bajaron las tres de Las Arenas (que estuvieron), ella lo invitó, por eso ahora he de hacer el proceso inverso, tratar de que lo desinviten. A él le convendría porque pienso contar algo que dijo la otra vez. Me cabreó tanto que me fui. Lo que le da exactamente igual. Su personalidad le blinda, es puro granito. El mismo es una secta de uno.

 Con la casa de Las Arenas dimos  prioridad a su emplazamiento, realmente inmejorable, al tamaño, así estaríamos solos. Y a los amigos, llaves, para que la disfruten también.

Algo que hemos conseguido, ya son más de una decena que han pasado por allí, sin contar visitas. Y  esta misma semana americanas.