Maribel Mendez Josá María Lizundia, te aseguro que me he leído el libro. Cada uno de los capítulos en que ibas criticando a instituciones (llenas de estupendos profesionales) y personas muy valiosas a título individual. Merecen mi respeto porque construyen buscando un entendimiento. Respecto a lo que dices de mí, eres libre de pensar lo que quieras. A estas alturas sé que no se puede gustar a todo el mundo
Cuento 4 pequeños incidentes ocurridos, como sabes muy bien de uno, básicamente con el libro de Jamal Mechbal Marruecos y su Sáhara Occidental y la actitud de algunos españoles -pues 4/4-
Las instituciones ¡dios santo! están para ser criticadas, entre otras cosas porque las pagamos con nuestros impuestos. ¡Estaría bueno! No seré yo quien lo haga, quitando los actos puntuales con el libro que publiqué. Insisto, no tengo ni tendré nada que ver con ellos. Lo único que podría decir sobre esos funcionarios "estupendos profesionales" es seguro que no se rien y son tan simpáticos como tú
Cada vez le entiendo poco querido José Lizundia Zamalloa. Seguro que me falla mi español.
Querido Abrighach: Pues es una pena. Porque sólo entendiendo o tratando, al menos, de entender, es posible el intercambio, la refutación o, como decía Popper, la falsación. No será por no argumentar, que es lo que tengo que hacer todas las semanas, por lo que no se me entienda. No depende del número, adheridos, quorum, sino como nos enseñó Habermas, lo que vale es el mejor argumento.
Y es a lo único que se debería estar, que sé muy bien no va a ocurrir
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