Aquí están, en el festival encima de Bilbao de Kobetamendi, mi hijo (de americano vestido) a la izquierda, Hobbit, Gaztelu, el vitoriano Gonzalo, el simpatiquísimo Sergio dueño del Serantes, marisquerías, premiun de la villa, y Julen.
Se conocieron muy jóvenes, creo que escolares aún, yendo en verano a Irlanda primero, amasando aventuras y seguramente dando cumplimiento a algún rito de iniciacion, para ir cambiando los veranos, Edimburgo, y luego Londres, donde recibirían un chute fuerte de cosmopolitismo y al parecer grandes aptitudes para mejor desenvolvimiento. No simpatizaban con el ambiente cerrado, tribal y monolítico, bronco e histeroide del Pais Vasco, que vivía con mucho fervor la gran epopeya sangrienta y jaleada, de criminalidad. 
En cambio los amigos de mi hijo del pueblo vasco de veraneo, formaban parte de la cazurrez ambiental, miras muy cortas, posiciones fanatizadas del entorno, etnicismo como religión, victimismo más que infinito, narcisismo correspondiente, que tiene que ver con la falta de vida. Mi insultador del otro día desde el anonimato es frecuentador de ese pequeño pueblo, en casos como ese, extremo en taras. Mis amigos de veraneo a su edad habían sido mucho más cosmopolitas, abiertos, no sectarios, ni tribu insurgente, sino que eran de Madrid algunos, los más listos y urbanos en todo, los bilbaínos arrastrabamos cierto provincianismo con mucha dignidad y los pocos de Vitoria supongo que algo más
Estas ya son tomas de la mesa del Serantes, Hace un año este grupo de amigos vascos se reunieron en Cabopino/Marbella en casa de mis hijos, y en octubre fue la boda de Sergio que se celebró en un pueblo de Vizcaya. Casi todos de ellos han trabajado en EE.UU., Londres, Sidney, y en otros lugares de España, de muy jovenes
XY y hermana en dirección a Las Palmas para ver a Rosalía, una genialidad al parecer.
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