Es como si mi hermano me hubiera invitado a su casa de Las Arenas, él ha dispuesto sus vacaciones cuando ha querido, y claro no he podido hacer nada para que pudiera ser de otra manera. La propiedad es la propiedad y no le iba a decir que la propiedad es un robo, dándomelas de Proudhon, si tan bien me va, pudiendo yo también ir.
Yo le sugerí otras fechas, pero decidió que había las que había. Encima que me invita a mi casa no me voy a poner tonto.
Llegué a soñar que me decía en plan recompensatorio por haber aceptado su invitación, de invitarme a comer al Iruña, como si fuera un tres estrellas Michelin a lo que yo contestaba:
- a qué ¿al menú del día? Además yo ya te he invitado allí sin anuncios ni aspavientos- cuando le daba por pagar absolutamente todo y me quedo corto-
-lo has debido de soñar, porque lo que te he propuesto es que iba a buscar en google earth un buen asador e invitarte de comienzo a marisco crustaceo- me aclara
-perdona por ser tan injusto contigo. No cambiaré, me siento ofuscado- le reconozco
Me hace una confesión. Solo coincidiremos un par de días. Vamos el sábado próximo
- el tiempo para ver las liberias de viejo y ocasión- es lo que me dice.
- Entonces cuando regresas ¿el martes, el miércoles?
- No, estoy hasta el jueves, porque el viernes vuelvo a la máñana- me contesta y yo pienso para mí, el viernes es el viernes, el comienzo del sabat, no es jueves hasta la hora de comer del día siguiente
me lo mandó mi hijo de Washington la demarcación de Getxo y color de votaciones con la leyenda: siempre nos quedará este consuelo.
Caemos fuera de territorio comanche cercados por el verde etnicista, coactivo, excluyente y totalizador y el rojo del sanchismo de propensión bolivariana y analfabeto in extenso, muy difícil en la Unión Europea, que nos salva. El blanco de la ria y el Abra
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