miércoles, marzo 01, 2023

Regreso a Tenerife, acaecimientos menores, as usual, y Nieztsche.

El domingo a la noche cuando llegamos a Los Rodeos de  Bilbao un chaqueta amarilla del finger celebró el verme como si fuera un cantante con mi nombre, era del sindicato para el que prestaba servicios. En el que en un momento no pararon de acosarme,  tanto, que  al final les planté cara -que sea muy merodeador de las periferias no empece que sea muy buen guerrero, y lo sabían-  tanto dentro como en los juzgados, prácticamente  cerré el sindicato y la cúpula ha  pasado a otros cometidos más adecuados a su insignificancia moral, cultural, formativa, intelectual.
-Menudo recibimiento- me dico XY
-Pues era de la gentuza sindicada- 
-Sin duda se acaba valorando a los que plantan cara- me responde
- Bueno a este le regalé un coche- el coche estaba desastrado como si fuera un coche homeless, con tal mala suerte que esa noche alguien le chocó donde lo tenía aparcado y le rompió el eje y la dirección,                          
El lunes ya estuvimos en la cita de siempre, XY salió muy tarde del trabajo y no posó para la foto de Mónica (solo yo le llamó así, tiene su propio nombre, otro). Me dicen que siempre elijo la foto en la que yo únicamente salgo bien en los posados pactados. Sin tener la sensibilidad que  ellas desde su luminosidad irisdecente y rutilante,  deberían exigirse,  fuera en el Carnaval de Tenerife como fuera de él,  sea en la universidad donde imparten ciencia jurídica o doquiera, de no objetar esa preferencia del desastido y necesitado de autoprotección  y a quien como bien definió su  hijo, buscaría la imago  de decadente y crepuscular, que no solo lo soy, sino que pudiera ser la cultive o al menos la simule.
Como sostuvo Nietzsche la verdad última y redentora debemos encontrarla en  la salvífica esfera estética.
El ahora protector de mi hermano tiende mas al materialismo epicureo y los goces carnales. Sin desenfreno, con artesanía.

No hay comentarios: