Museo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, noche de encuentros, Gotzon Cañada también escultor como Julio, también bilbaíno como yo. Erica, Unai Cañada, Sabela. Gotzon presentó el acto. Junto a Julio somos amigos desde hace 40 años, los tres trasterrados, que es un don divino. Que nadie deje de intentar serlo.
Con Julio Nieto, vizcaino de Durango, un gran artista, escultor laureado, goza de igual reconocimiento en el ambiente artístico que en el institucional. Y flautista de Hamelin en sus convocatorias de masas, estaba el museo como el Bernabeu. Solo faltaban los futbolistasUnas fotos optimistas, de abrazos, risas y celebraciones
Luis Tallo solo, sin novias, ni antiguas ni actualizadas
Con Erica y Sabela
Con el catedrático de literatura Falele (entre los amigos), que me presentó El ensayo en la literatura canaria
Con Unai recién llegado de Colombia y sus músicasComo siempre el intruso de la foto, el cameo (si fuera alguien famoso y no por ser personaje en perenne deambulación) inevitable, el Fantasma de Canterville, mi hermano, Fake brother
Fernando, cuando paramos en una terraza en dirección al Dubliner a celebrar San Patricio (yo al menos como vascoirlandés para la ocasión, debía hacerlo) afectó sin convicción dolor de oídos y se marchó. XY esta mañana le ha escrito: ayer te fuiste por los oídos o a la jungla. Un intrépido aventurero siempre compelido a desbrozar senderos y encontrar culturas.
Un trozo del Servicio Canario de Salud con arte
Con mi excolega Luis Tallo, un señor advocat de nombradía, pero aun así muy talentudo (pintor minucioso, miniaturista, abstracto figurativo, desbordado), con mucho sentido del humor, divertido y por lo que recuerdo mujeriego de éxito contrastado
Con mi excolega Luis Tallo, un señor advocat de nombradía, pero aun así muy talentudo (pintor minucioso, miniaturista, abstracto figurativo, desbordado), con mucho sentido del humor, divertido y por lo que recuerdo mujeriego de éxito contrastado
The Dubliner, día de San Patricio. Un arco ojival de globos verdes a la entrada
Me dice mi hermano que entraba el último, está a la entrada el Sr advocat Mario Z, y me ha dado un beso
Al salir le veo (al sr advocat Mario Z.) y voy donde él, hipersimpático y afectuoso me recibe y me da tres besos. Le digo a mi hermano ya en la calle: a mí tres.
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