Pregunta- ¿Cuándo empezó su interés por Tánger?
Respuesta: He estado cinco veces en Tánger; tres, en años consecutivos. Supongo que como todos tras Mohamed Chukri y el aura de ciudad internacional frecuentada por artistas, y nunca busqué contactar con nadie. Creo que fue lo mejor que me pasó con relación a Tánger. De no haber sido así, sino lo contrario, estoy convencido de que no hubiera regresado y la ciudad perdido todo su encanto y evocación para mí. Las cosas imperiosas son de uno y no se comparten, salvo con alguien escogido al que se hace cómplice del hallazgo, y menos, socializan y comercializan, como hacen con Tánger, hasta convertirla en lugar de juego.
Pregunta- ¿Cree usted en el mito literario de Tánger? ¿La considera la ciudad como una ciudad literaria por excelencia como señalan algunos autores ?
Respuesta- El mito literario como tal no existe, se ha creado recientemente, pero consistente en una extraordinaria y curiosa ilusión coral (de pandilla y veraneo, melancolía y juego) contagiada por unos pocos españoles. Jamás ningún artista ha sido reclamado por Tánger para participar en corrientes literarias en desarrollo, o estilos en apogeo, para imbuirse de estéticas nacientes o en experimentación y cultivo, para formar parte de una vanguardia (rompedora), para sintonizar con los vectores más dinámicos de la creación, o simplemente para aprender, estudiar o intercambios. Tánger nunca ha ofrecido nada, en cuanto a motivos o factores estrictamente literarios. Tan solo decorados y guiones casi hechos, ya esbozados. Sirva de comparación Gaceta de Arte, revista de Santa Cruz de Tenerife dirigida por Eduardo Westerdahl, de 1932-1936 (apogeo de las vanguardias artísticas, que Tánger obviamente ignoró). La revista determinó el viaje a Tenerife de André Breton, Benjamin Peret; Paul Eluard enfermó poco antes. Se celebró allí la II Exposición Surrealista del mundo. En esos años Tánger era como una gran metrópoli y Santa Cruz de Tenerife en absoluto, pues aún con eso.
P– Muchos afirman que Paul Bowles y algunos miembros de la Generación Beat han contribuido al mito literario de Tánger, dando a conocer la ciudad por el mundo. ¿Está usted de acuerdo con esta afirmación?
R- El mito literario es de muy reciente -incluso actual- creación, y es exclusivamente obra de españoles, que rescatan a una generación intelectual de tangerinos españoles como referente -la que vivió al inicio de su juventud el fin del estatuto internacional y se instala en España-, y que son de una generación más joven que ha decidido llamarse Los Conjurados -ninguno de Tánger-, y actuando a modo de una sociedad secreta (aunque muy publicitada), van alimentando el mito del Tánger literario, cuando realmente urdidores y actores son ellos solos. Por fuerza han de echar mano de cualquiera que escriba de Tánger, o de los que ya antes lo habían hecho, incluso crear hijos adoptivos como Carmen Laforet o cualquiera con nexo circunstancial con la ciudad. Un esfuerzo titánico para construir ese mito. Ellos son lo singular del mito, solo ellos han construido el mito de Tánger literario y han sabido venderlo: libros, suplementos, revistas de viajes, medios audiovisuales. De indudable atractivo al sumar una constelación de mitos: cosmopolitismo y exotismo, millonarios y artistas, misterio y permisividad… A tal punto, que según un ilustre tangerino, Pepe Carleton, será Marbella la que recoja el testigo de Tánger en 1956, 1957…Son estos los que rescatan a Bowles (al que no tienen simpatía por lo menos hasta hace muy poco) y a la generación Beat. Nadie que lea -sus memorias- a testigos privilegiados de esa época, como son Tennessee Williams, Gore Vidal, o a Jean Genet, Allen Ginsberg o el mismo editor beat de San Francisco Ferlinghetti, que buscó a la Fracción Surrealista de Tenerife, la de Gaceta de Arte, encontrará la más mínima base para construir sobre ellos el mito literario de Tánger. Porque pasan olímpicamente. Bowles incluso se referirá a la Generación Perdida por otros norteamericanos que deambulan por la ciudad, y a él así se le llega a considerar cuando está en París. La Generación Beat es (indebidamente) utilizada por los españoles devotos de Tánger, con los escritores marroquíes Chukri, Chihadi, Mrabet. O Goytisolo que pasó por allí y Ángel Vázquez.
Los juntan, mezclan, agitan, rocían sus propias obras, dos cubitos de hielo y ya tienen el coctel “Tánger”, y seguramente al barman.
P- Algunos críticos señalan que los miembros de la Generación Beat han dado a conocer Tánger en el mundo, gracias a su estancia en la ciudad del Estrecho, muchos autores se han inspirado en la ciudad y más tarde han publicado obras literarias, en particular autores españoles.
R- No creo que se pueda afirmar que la Beat Generation diera a conocer Tánger, ni hubo voluntad o intención alguna, ni un solo acto directo encaminado a ello. Solo su presencia, muy acotada, que ha servido a otros para utilizarlos. Si esa generación es tal por la literatura, esta ni asoma con ellos en la ciudad del Estrecho. En las memorias de Tennessee Willians y Gore Vidal Tánger prácticamente no existe, solo salvan a sus amigos Paul y Jane Bowles. Burroughs se limitó a escribir en Tánger y en Aullido de Allen Ginsberg sale el nombre ocho veces sin venir a cuento.
R- En su obra ́Tánger, una conversación pendiente ́ afirma que “a Tánger le falta cultura material y le sobra inmaterial, a los efectos literarios y culturales españoles de los que hablamos.” ¿A qué se refiere con esta frase?
R- Uno de los argumentos que recuerde era el siguiente. En Tetuán ocurren muchos episodios y existen entidades que desarrollan una cultura material en conservatorios de música, escuelas de artes, arquitectura y urbanismo, exportan cartelería, pintura y cuaja el pensamiento político nacionalista marroquí: en Tánger no se dan esas características, pero sobre todo muchas historias están sin contrastar, como por ejemplo la de los espías: que hay en Melilla (Rosa Maria de Madariaga) y en Casablanca (González Alcantud), de Tánger se habla sin una sola prueba, que siempre son rellenos. Y encima, los secuestros, Al -Raisuni, las escaramuzas se producen siempre fuera de la ciudad; dentro, como nos ha documentado in extenso Bernabé López García los enfrentamientos entre rojos y azules, aunque como en toda España, tienen una diferencia importante: en Tánger fueron mucho menos cruentos.
P- Algunos hablan de la colonización literaria de Tánger por parte de algunos autores españoles. ¿Comparte esta afirmación?
R- Sería una colonización en fase de tentativa que ya es bastante, por la desmesura de la fantasía, la exaltación extemporánea y melancólica de un ideal común de nuevos camaradas, que alientan un modelo sobre el que trabajar. Hacer una literatura de Tánger, como hacer redacciones sobre ella no es en absoluto hacer literatura, sino hacer Tánger, una literatura servicial, subordinada o instrumental convertida en guía, redacción, reportaje de semi-ficción o relatos de ficción no puede tener mucho interés en cuanto a entidad o sesgo literario absolutamente preeminente. Como los concursos de microrrelatos de los Colegios de Abogados sobre abogados. O los antiguos juegos florales con objeto predeterminado. De la que solo puede salir una literatura de entretenimiento, género o acción, una literatura adjetivada y fácil de vender.
p- ¿Qué autores españoles le ha gustado su literatura ambientada en Tánger?
R- Rodrigo Rey Rosa me parece a kilómetros el más interesante, incluso más que el ya muy manoseado Ángel Vázquez. Que la omnipresente españolidad en lo referente a Tánger domine totalmente, no impide que yo prefiera no distinguir entre autores de países de idioma español.
Por si alguna vez fuera posible debatir (sin monolíticos quorum) sobre Tánger planteo abundar en una observación que apenas he desarrollado. No otra que el paradigma literario de Rocío Rojas Marcos está siendo remplazado por el paradigma escaparatista y coleccionista de Tánger que abandera Alberto Gómez Font. Otro vector más en esta última línea es la revista de vocación miscelánea Sures, que comanda el argentino (hispano tangerino inclusive) Santiago de Luca que enfoca Tánger ya como un esfuerzo de ascesis. La sublimación merecida, y en esa lógica, quién sabe si no hipóstasis. Tánger: o no tiene límites o no será, parodiando a Breton.
P- ¿Qué piensa usted de Mohamed Chukri? ¿Es el mejor escritor marroquí de todos los tiempos? ¿Es el único que ha reflejado el espíritu de Tánger?
R- Como ya he contestado descubrí Tánger por él, pero ya me cansa y mucho, pienso además que el personaje se ha comido al autor. Es tan así, que realmente ha llegado a convertirse en un personaje de novelas sobre Tánger. El personaje es quien gobierna, y no su literatura. Chukri es su vida, que además la cuenta, de su literatura apenas conseguimos leer algo. Todo lo que rodea a Chukri, su mitificación y culto a veces muy obsesivo, su vida extrema, te saca del escritor, de su literatura para convertirlo en una suerte de souvenir, como Mrabet. No creo que sea el mejor (privemos a Chukri de biografía, a ver que pasa), prefiero lo último de Leila Slimani, Mahi Binebine y Patio de honor de Abdelkader Chaui. No creo que Chukri represente el espíritu de Tánger, que sería más cosa de algún número de la revista que ilumina Santiago de Luca.
P- Según los diarios de Mohamed Chukri, Mohamed Mrabet y otros tangerinos, Paul Bowles se relacionaba con los marroquíes, como lo valora?
R- Resulta muy conocido el libro (todo un libro) de Chukri contra Bowles, las ganas que también le tenía Mrabet y sus amigos españoles, por lo menos hasta hace muy poco, pero los tangerinos de reciente auto adopción, pueden cambiar de idolatría en poco tiempo, según constato.
Es seguir revolviendo no más de cuatro temas muy manidos, ante lo más que cabe es cambiar de una a otra opinión, todas prescritas, de rigurosa repetición, marear la perdiz, lugares comunes que aburren al personal y que hacen evidente que el tema no da de sí, por mucho voluntarismo que se ponga en estirar el chicle. Y lo peor es el planteamiento como puro asunto moral, por tanto absolutamente rechazable por moralista. Como escribí, así como Bowles era el clásico protestante, Chukri tiene influencias, o mejor pregnancias, del catolicismo de los colonialistas amigos. Lo que no es literatura, sino moralina y resentimiento. Y su juicio sumarísimo a Bowles sobre sentimientos y pensamientos íntimos, criterios morales -susceptibles de ser rebatidos por hechos objetivos-, ese pronunciamiento de Chukri es absolutamente inquisitorial, sobre el “alma oscura” antimarroquí de Bowles. También con eco en el catolicismo español. En Tánger, a la mínima oportunidad, todo lo que suene a literatura desaparece, suplantado por moralismos, juicios y condenas. O apologías y santidades.
P- Usted ha publicado dos ensayos, uno sobre Mohamed Chukri y el otro sobre Tánger. Cuál es el objetivo de la publicación de estas dos obras?
R- No es un ensayo sobre Chukri, no gira en torno a él y le doy un enfoque intrascendente (lo reconozco) pero al menos sin incurrir en las acostumbradas hagiografías. El personaje se ha comido al autor. De ese libro lo que menos interés tiene es lo referido Chukri, pero sí creo que hago un esfuerzo, que nadie hace, por intentar reflexionar individualmente sobre contenidos religiosos, la cultura islámica, o el colonialismo y temas conexos, que pueden ser lo más lejano al mundo tangerino del que hablamos, su antítesis.
P- Muchos consideran Tánger internacional, una ciudad-estado única e irrepetible en la historia de la humanidad, donde reinaba una convivencia pacífica entre las diferentes religiones, naciones y etnias. ¿Hasta qué punto es cierta esta afirmación?
R- Es un auténtico disparate considerar a Tánger como ciudad-estado. Atenas, Esparta, Venecia, Génova y probablemente Hamburgo lo fueron, por una sola razón: porque eran soberanas, luego independientes, cosa que nunca le ocurrió a Tánger en la época. Una distinción elemental y de partida es la que existe entre soberanía/independencia y administración. Marruecos conservó la soberanía como se vio cuando la independencia, que nadie rechistó, con el Jalifa como símbolo y el escudo, y las potencias coloniales dispusieron de su administración, cierto que amplia de la ciudad, pero que no se transmuta o asimila a poder soberano. En este culto de devocionario que hacen los españoles, por recrear un paraíso de la máxima amabilidad también se osa decir que Tánger era de todos y de nadie. No era de todos, aunque de esa forma se barra para la minoría española mayoritaria (si era de todos, por fuerza de unos más que de otros), y tampoco era de nadie porque era de Marruecos. Es muy exaltada esta mitificación de Tánger. Tánger es sobre todo un culto cuasi religioso, una expansión emocional tan inaudita como potente. Igual por eso.
P- En general, cómo valora la importancia de Tánger en la literatura, cine y prensa españoles.
R- No se me ocurre nada.
P- Acaba de publicar su libro ´ Los sucesivos vetos: ¿Poscolonialismo político español cos Marruecos?´ ¿Cuál es la idea general del libro?
R- El colonialismo afortunadamente ya no existe, pero algunas conductas individuales, repetidas y unívocas, desatadas con rigurosa identidad de sujetos, objeto y causa, sólo pueden ser derivaciones, sublimaciones, vicios inconscientes, residuos emocionales de cuando realmente el colonialismo existió. Hay respuestas que difícilmente admitirían explicaciones distintas.
Las conductas individuales de los gestores y responsables resultan más idóneas para determinar mentalidades, prejuicios y sentimientos ocultos que las instituciones para las que trabajan. Y muestran tendencias e inclinaciones que permiten ser rastreadas hasta explicarlas. Se dieron actitudes coincidentes y significativas en la Casa Árabe, el Instituto Cervantes de Fez, Casa África, la Fundación de las Tres Culturas, y el Instituto Juan Ramón Jiménez de Casablanca.
Biografía:
https://www.estrechonews.com/al-minuto/jose-maria-lizundia-es-muy-exaltada-esta-mitificacion-de-tanger/
Nació en Bilbao 19
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