domingo, marzo 12, 2023

No sé si me gusta Bilbao, y el personaje más adorable de Tánger

El hermano de mi hermano, es decir  un hermano segundo, en una exposición reciente, me habló de Bilbao como si fuera Florencia o Venecia, con unción y agua bendita de haber habido hisopo.

- Pero para tanto es?- pregunté

-   - Es una maravilla, lo mejor-

Los canarios, casi todos, se han hecho bilbaínos, !qué loas a la antigua Belfast/Londonderry!, yo que lo soy e hijo de bilbaínos aún me interrogo si Bilbao me gusta.

 Como ahora voy bastante, y lo hago desde Getxo las veces que estoy allí, siempre me pregunto si me gusta o no, en acto, presencialmente, en directo. Adelanto que ni me desagrada ni me produce rechazo, está bonita. Sí ¿pero eso es suficiente como hijo de la Villa? Es lo que me gustaría discernir. No paso del "soy" (de allí).

En el parque de la foto de arriba, de la cafetería del Museo de Bellas Artes de Bilbao, esquié de niño por una nevada  muy fuerte, que pocos lo podrán decir, bueno, llevé los esquíes. Y al lado del puente del Guggenheim, en una clínica que hubo hasta hace poco nací bilbaíno, del mismo Bilbao, como el chiste,

La pandilla móvil internacional en el Iruña de Bilbao

El primer puente peatonal de Bilbao, ahora hay tres y relindos. Durante mi adolescencia y juventud abjuré de Bilbao, porque era muy española, y yo por el contrario, muy abertzale y marxista. Lo que hizo identificarme con el habla de los aburridos pueblos de la costa donde veraneaba o del casticismo bilbaíno
Lo que lo he pagado teniendo un acento vasco muy pronunciado que no se corresponde con un bilbaíno, de español neutro


En la taberna alemana de Bilbao de los Thate  -de las fuerzas vivas locales, donde se deja ver el ganado más granado grana, blanco y verde ikurriño-. Hace un mes volví a hablar con el dueño, estuve con sus tíos  en el Deutsche Schule, nos quiso invitar a una copa  

El mercado de la Ribera, donde mi tía me compraba verdaderos manjares, que he contado en mi libro Vasca Cultura de Altura; retorno estético a Oteiza  e Ibarrola

El ser que adoro con veneración de Tánger. Hace bastantes años fuimos tres veces seguidas al Hotel Rembrandt y este entrañable personaje me esperaba para venderme la hoja parroquial Lo País del que era fanático, hasta que rehuí del panfleto sectario. Ahora solo lo leen de entre los progres burgueses los más correctos  de todos, que ya es difícil

Lo encontré en octubre,  me hizo tanta ilusión, porque  siempre miraba a ver si lo veía, que le llamé a XY para decirle con quien estaba, nos sacaron esta foto y me han dicho que ha preguntado por mí hace poco.
Al fondo el rincón  de espiritualidad de las Arenas Getxo, que no es Bilbao.

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