La segunda usurpación es la del personaje buscado y mitificado -a Tánger la sostienen los mitos, el deseo-. Antes de esta segunda usurpación se supone que dábamos por hecho el que estábamos ante alguien dolorido, apaleado, trágico, oscuro, pero sus seguidores le han hecho mundano, luminoso, frívolo, ameno, fiestero, transgresor hedonista, divertido, ocurrente, jacarandoso.
(¿el malditismo?)
se da una imagen de proscrito, marginal, atormentado, fuera de convenciones y leyes -que sí, todo verdad- pero luego se le hace participar en todo tipo de eventos, proclividades y circunstancias gozosas, Chukri un redomado epicúreo, feliz de ser celebrado.
Pudiera ser verdad que la imagen, la posteridad que le han creado los españoles sea la verdadera, teniendo en cuenta que de mucha mayor enjundia, registros y volcado en la profundidad diversa de la cultura marroquí fue Paul Bowles, Menos apto.
Gusta mucho a los que no se parecen nada a él.
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