Como bajo ningún concepto puedo presumir o mostrar pruebas de que mis libros se lean, simplemente porque eso no ocurre, pero sí puedo hacerlo de brisas acaricientes como por provenir del hojeo rápido de libros, similares las que se puede recibir en la cara navegando por una ría al final del verano.
Luis Emaldi me llamó ayer para celebrar mi libro de Bilbao y ponderar, revisando, la cuestión del Sáhara, por otro sobre ese asunto que le di, lo que yo persigo con mis artículos, influir, socavar, erosionar. Opinión muy cualificada para mi, tengo sustanciales afinidades con él.
Randa Jebrouni mi prologuista, y autora de mi primer Tánger, ha vuelto a elogiar mi libro de Tánger II (mío). Pues otra satisfacción.
En realidad escribo para gustar provocando cierto entusiasmo, un plus de gusto y aquiescencia. Como cuando haces reír. Si gustara a mucha gente pensaría en una conspiración urdida contra mí y desde luego no escribiría.
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