Sigo con emocion, en ocasiones con lágrimas, la guerra y éxodo ucranianos, deploro todas las actuaciones de Putin y celebro todas las medidas de castigo que le han sido impuestas. Le deseo Tribunal de La Haya. He escrito dos artículos en prensa sobre ello, creo que bastante cautos para lo que el cuerpo me pedía, siempre huyendo de los coros (en este caso también del ejército ruso) y su insufrible marcialidad.
La verdad es que todo lo que sé de Ucrania, al margen cultura e información general proceden de este libro leido hace unos pocos años, y que ahora no encuentro.
Es la primera vez que asisto al estallido de una nación, a la fundación de un nacionalismo, que es el ucraniano y obra de Putin, o su desencadenante, Ucrania salvo dos cortas etapas nunca ha existido. La Ucrania occidental, Galitzia fue imperio austrohúngaro y patria de Joseph Roth y Paul Celan, de lengua, los dos, alemana. La cosa se complica, son del siglo pasado, pero hay motivos para escuchar a los prorrusos (la ensalada nacionalista), yo lo he hecho aunque poco, sobre todo del oriente ucraniano, Dombass, casi sin diferencias etnolingüísticas.
Debe, haber otras minorias étnicas.
No creo que exista hoy mejor lugar del mundo - aunque no sea precisamente el momento- para el estudio del nacionalismo étnico (tan complejo, enrevesado, multiforme, proteico, metamorfoseante) que Ucrania, además con la sangre ya servida. Aparte de matanzas y crímenes es el que nos estará esperando y asegurando que nada ha quedado prescrito, de aquí su importancia,
En todos los casos el problema es cognitivo, que es previo y esencial, siempre prescindido, para saber de lo que se habla, suplantado, y mecido y amamantado como afección moral unitiva.
Joseph Roth de Leópolis/ Lviv/ Lvov/ Lemberg
Paul Celan de Chernivtsi, Bucovina: Rumania/Ucrania suroeste
Dos gigantes de la lengua alemana.... ¿ucranianos?