Estoy terminando mi segundo libro sobre Tánger que está centrado en la literatura, yo solo puedo adentrarme por descampados no hollados, no es una opción, no lo decido, resulta así.
De los textos a mi no me interesan tanto las letras (grafía) como los espacios que quedan entre ellas. Dicho de otra forma, no me motiva el recuento de hechos, ni siquiera su sistematización cualquiera que sea el criterio, sino los discursos: de que se habla, que se dice, quienes lo dicen, por qué dicen...
Esta es la trasera de la casa grande, la de invitados, y donde se ubica la biblioteca, y estaba mi despacho de Sr. Advocat. Como mal-llovió el otro día llevé mis pesas del jardín a la biblioteca.
Andaba en esa compensación, de cojo pero con brazos someramente fortificados, cuando ¡no te fastidia! me encuentro con
ese libro Mi memoria de Gore Vidal, como hace días me encontré la autobiografía de Tennessee Williams en el mismo sitio, también lo tenía. Todo sea por Tánger y la literatura. Este Gore Vidal lo compré en 1999, curiosamente en mi segunda residencia de las Arenas -Getxo-País Vasco- Spain.Con las memorias de Gore Vidal remato mi libro. Como con Tennessee Williams nada de releer el libro: metodología universitaria; en lugar de fichas, índice alfabético, y al menos dos codas para sendos capítulos.
Festivo pues por la inesperada ayuda, mis cuadros (pintados por mi quiero decir) del SXX (2x1) frontales, ya que el pequeño de la izquierda es del XVIII.
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