Ardía Barcelona en la guerra civil, cuando Simone Weil y George Orwell escaparon no de Franco sino de los comunistas, y casi en el año 2017, cuando la Guardia Civil y Policía Nacional fueron enviados a Cataluña. Recuerdo que familiares y amigos les despidieron en algún punto de Andalucía, al grito de “a por ellos”. No les iban a decir “¡aprovechad y aprended catalán!” (idioma hecho cuartel), la clericalla mediática del obispo vasco, con una objetividad, ponderación que desarmaba, hacía enconadas hipérboles antifascistas del cántico futbolístico, ocultando, minimizado, el vandalismo fascista de los supremacistas: nazis de sentimiento, pensamiento y actos ininterrumpidos (80% puros).

Son casos de portentosa manipulación los previos de una deriva de mayores concesiones, intentos de congraciarse con nuevas daciones y sumisiones ¡y perpetuarse en el poder! de hombres de honor como el doctor Sánchez, el petimetre Iceta y el cisne Illa que pueden acabar conduciéndonos a incalculables riesgos que conmocionarían Europa. No descartemos nada.

https://www.eldia.es/opinion/2021/02/23/descartemos-hombres-honor-guian-35327206.html