martes, febrero 02, 2021

Vascofranceses cantando balada norirlandesa. Brumas, mitos, hogueras, ancestros

Vamos avanzando en nuestro camino de regreso intermitente a Vascongadas.
En diciembre tuve que ir a Bilbao, los dos primeros días los bares cerrados y sin parar de llover. Amisté con las dos jefas de camareros del hotel en nada.
A Ainhoa que le llamábamos Ainho, le conté que me había comprado comida para llevar -el restaurante del hotel abría a las 19 horas, solo podías comprar comida fuera- y vino que todavía  me quedaba, ya una vez abiertos bares y llegado AL
- Y cómo te lo tomas ¿a morro o en el vaso de enjuague? -sin dar tiempo a contestar- ¡anda toma!- y me alarga una copa enorme. Al y yo nos partíamos de risa. Tienen algunas cosas buenas los vascos; la horizontalidad, el abolir la distinción entre espacio público/espacio privado. A mi ahora no me gustaría pero como em socialicé en ello me gusta, permite mucha intrusión, desparpajo, el absurdo y el humor. Son humorísticos, desmedidos, caricaturescos  y me callo.

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