viernes, febrero 19, 2021

¿Escribiré en el silencio desde mi propia desubicación?

Tenía plenamente decidido no volver a Bilbao por desafecciones importantes, y no representaba para mi ningún problema, era del sur, de los confines, la periferia como esencia y latitud de vida. He sido inducido al regreso, yo me dejo inducir enseguida, según por quien. Como me encanta que decidan por mi. Siempre pido la ginebra, como no soy habitual de ella, del camarero que toma nota.
Iba a escribir mi artículo sobre la ventaja de ser empoderado, no de empoderarse como mi hermano, la posición intransitiva, el ser pasivo de Heidegger.
De todas formas mi estado de ánimo, mi percepción de mí a mi edad, no ha variado, estoy en el sur, con una sensación de libre que aquí nunca tuve. Libre, solo, conmigo, claustral.

 Estos tres libros he comprado hoy. El Ser Bilbaino me produce un gran rechazo, soy un bilbaíno consecuentemente antibilbaíno, por eso estoy tan a gusto en Getxo en nuestro zulo. Si he escrito sin ningún miedo del Sáhara o del Tánger operístico, no debiera tener ningún problema para escribir sobre mi lejanía de mi país, de décadas, física solo en un primer momento, ideológica después  y finalmente  emocional.  Escribir una memorias sobre el silencio -es lo más vivo que contemplo, como si tuviera sustancia- desde la distancia anímica que no se instale aunque roce en lo biográfico. He vuelto a leer  a Félix de Azúa (3ª falsa biografía)y me ha derrumbado. Excelsa literatura, dios mío.

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