EN LA DESPEDIDA

Alguna vez había que terminar, siete años después al parecer. Con todo el tiempo que me ocupaba el blog no sé lo que haré después. Estudiar inglés seguramente. Lo que ahora  me preocupa es la consiguiente  falta de cauce para mi pulsión jocosa, provocadora, mi propensión a la controversia, en fin, uno ama la extroversión y cierto exhibicionismo casto. Este es el problema precisamente: el exhibicionismo. Durante mucho tiempo alardeaba (qué sino) de que mi vida era mortalmente aburrida y anodina, y que solo el blog la redimía.  Pues bien, he descubierto con estupefacción  que no lo es en absoluto, y que me estaba engañando miserablemente.  No sé por qué, pero siempre me ha atraído la negatividad que postulara el famoso filósofo de la Escuela de Frankfurt Theodor Adorno: lo ausente, lo oculto, lo despreciado, negado, omitido, el reverso…

Nada ocurre dentro del blog, por mucho que lo apañe siempre resulta más limitado y desleído que la realidad. No adorno la realidad para mostrarla en el blog, sino que la amputo, la desbasto, la simplifico, la encastro… por mi odio atávico a los autosatisfechos y autocomplacientes, a quienes siempre detesté. Es mucho más estético el sufrimiento moderado.
Hago recuento de los últimos meses y aparecen grandes contactos humanos, nuevas relaciones, encuentros, empatías, descubrimientos, parentescos… mientras la gente sestea y es incapaz de relacionarse con la vida y las personas de manera abierta e intensa.
Tras el feliz largo fin de semana en Málaga, dos óptimas noticias: el interés –en el extranjero- que despierta mi último libro del Sáhara, con anuncio de contactos, y el ofrecimiento para que escriba en una revista científica -que es  el ámbito donde quiero  moverme-, algo sobre la literatura canaria. Ocasión también para un magnífico intercambio intelectual esta misma mañana.
Escribo sobre Marbella y no cuento nada, porque no es digno del blog y así más cosas. No soy más que un encubridor, un simulador, un mercachifle digital, lo que es incompatible con el exhibicionismo casto, que preside el afán blog.
Me retiro supongo, mi idea es, construido el blog Sáhara Plural,  hacer otro sobre literatura canaria, que da muchísimo de sí. Sobre elementos no tratados en el trabajo, pero que irán surgiendo, ya que sería una insensatez desaprovechar la época históricamente más fabulosa de todas desde el punto de vista socioliterario –posiblemente más socio, lo socio fagocita lo literario por primera vez en la historia local-, donde hay mucho que  analizar. Si lo permite el discurso oficial  turiferario, henchido de triunfalismo imperial romano. Un bosque de estandartes y fanfarrias. Pero sobre todo, corazas. Ámbito por el que pasaré y para siempre, no sin dejar alguna tesis o argumento desarrollado.
El blog  restringe la vida doblemente, la caricaturiza  y resta tiempo e inglés. Es prescindible y aburre, pero qué hacer con el péndulo jocoso, las erupciones sarcásticas, la picazón de la iconoclastia, la crítica acerva…
Voy  a proponer a Rapso -que ayer cuando fui a escuchar a la gente, me dijo el conserje que  el “guardián” (no daba crédito) había ido a buscarme sabiendo que estaba de viaje, es un misterio- de hacer un blog a cuatro manos, para dar rienda suelta a la faceta comentada poco más arriba.
O dejarme caer simplemente.