Ayer a eso de las 20,45 y cuando hablaba en la calle con un
compañero de temas relativos al compañerismo, se me acercó una figura turbia
para decirme “tu blog es una mierda”, hice alusión al alcohol que almacenaba y
de inmediato se disolvió a mi espalda, tras un rápido
trastabilleo. Este sujeto, ayer herido de espirituosismo (o sea, de espirituosos), que
no de espiritualidad, es uno de esos lectores míos logrados sin embargo por
obra y gracia del Espíritu Santo directamente, y no por mis méritos.
Si hay una idea romántica por excelencia, en la singular e
intensísima relación que el Romanticismo mantendrá con la Naturaleza, es la de “extrañeza
del mundo”. Vivir la ajenidad y extrañeza del mundo y querer fundirse con la Naturaleza
forma parte del ADN romántico. La idea de unidad y totalidad de espíritu y
naturaleza, razón e instinto, cuerpo y alma, presente y pasado, finito e infinito será su
divisa. Pero no serán ya las peñas que
pintara Caspar David Friedrich las que nos mostrarán esa distancia turbadora y
siniestra del hombre finito ante la inabarcable naturaleza, sino que ya en el
presente, nuevas tipologías representarán esa distancia pero ahora frente la
realidad como nueva naturaleza.
Para los que procedemos de ámbitos de realidades categóricas
nada más entrañable y estimulante que
ver los logros materiales de una industria editorial y miríadas de autores que
culminan cumbres, forjan leyendas y se inventarían rápidamente en la Historia,
antes casi de darse a conocer. La democracia total. Eso jamás había ocurrido
antes, en una historia breve la de la literatura en Canarias, que no hay excusa
para no conocer. La generación de los 70 fue bautizada -¡desde lejos!- por
representar un chorro de novedad
evidente. Proveída de discurso, temas, bañada por distintas influencias, estilística, lenguaje
florido y maneras claras.
Resplandecerá la verdad tan pronto sea abordada con
argumentos inapelables, ¡pero por fin como realidad!, porque así resultará demostrable, a pesar del nido de interese
(menores, aunque fantasiosamente delirantes) creados. Entonces ese aplauso
colectivista, satisfecho y superficial se desplomará.
El factor cuantitativo de despensa y almacén, tan triunfalista y con modos de democracia total y apogeo de la horizontalidad
siempre resulta vano, de pequeña cápsula, de aislamiento y subarriendo; cuando se proponga la verdad ésta
necesariamente habrá de constituirse sobre la verdad primaria de la jerarquía y el valor: el
factor cualitativo que es un factor comparativo y analítico. Será interesante
conocer la realidad de esta gran fiesta dispensada
prácticamente en exclusiva por el Gobierno de
Canarias, a través de una política cultural pagada, aunque se juegue a rebeldías insólitas e inocentes desmarques.
Su misma marca y talante, no otra cosa que una excrecencia gubernamental de
generosa horizontalidad, aunque más átona y blanda, con menos iniciativa, impronta y virtualidad que sus otras
políticas.
Verdad y análisis, realidad y jerarquía. Por ejemplo, Víctor
Álamo de la Rosa ha absorbido por completo y de manera extrañamente pareja las tres grandes tradiciones,
pudiéndolo no haberlo hecho: la Gaceta, fetasianos y la Generación del 70, a la
que hay que tomarla en serio, basta fijarse en la prosa de Álamo, para vislumbrar influencias.
Nunca se han dado mejores condiciones para el inicio de una
industria editorial entendida como tal. Para que el juego, la fantasía pueda parecer
un poco verosímil.
1 comentario:
1
se me acercó una figura turbia para decirme “tu blog es una mierda”,
JAJAJAJJJAJAJAJAJAAJA es genial,
no sólo le reconocen por la calle sino que además ¡le leen!
2
literatura de canarios: ÉL de Mercedes Pinto. Unicamente por su "Ofrecimiento" y "su invitación al dolor" ya merece la pena el librito.
salu2, EDH
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