martes, mayo 28, 2013

Verdad y análisis, realidad y jerarquía.

Ayer a eso de las 20,45 y cuando hablaba en la calle con un compañero de temas relativos al compañerismo, se me acercó una figura turbia para decirme “tu blog es una mierda”, hice alusión al alcohol que almacenaba y de inmediato se   disolvió a mi espalda, tras un rápido trastabilleo. Este sujeto, ayer herido de espirituosismo (o sea, de espirituosos), que no de espiritualidad, es uno de esos lectores míos logrados sin embargo por obra y gracia del Espíritu Santo directamente, y no por mis méritos.
Si hay una idea romántica por excelencia, en la singular e intensísima relación que el Romanticismo mantendrá con la Naturaleza, es la de “extrañeza del mundo”. Vivir la ajenidad y extrañeza del mundo y querer fundirse con la Naturaleza forma parte del ADN romántico. La idea de unidad y totalidad de espíritu y naturaleza, razón e instinto, cuerpo y alma,  presente y pasado, finito e infinito será su divisa.  Pero no serán ya las peñas que pintara Caspar David Friedrich las que nos mostrarán esa distancia turbadora y siniestra del hombre finito ante la inabarcable naturaleza, sino que ya en el presente, nuevas tipologías  representarán esa distancia pero ahora frente la realidad como nueva naturaleza.
Para los que procedemos de ámbitos de realidades categóricas nada más entrañable y estimulante  que ver los logros materiales de una industria editorial y miríadas de autores que culminan cumbres, forjan leyendas y se inventarían rápidamente en la Historia, antes casi de darse a conocer. La democracia total. Eso jamás había ocurrido antes, en una historia breve la de la literatura en Canarias, que no hay excusa para no conocer. La generación de los 70 fue bautizada -¡desde lejos!- por representar  un chorro de novedad evidente. Proveída de  discurso, temas,  bañada por  distintas influencias, estilística, lenguaje florido y maneras claras.
Resplandecerá la verdad tan pronto sea abordada con argumentos inapelables, ¡pero por fin como realidad!, porque así resultará  demostrable, a pesar del nido de interese (menores, aunque fantasiosamente delirantes) creados. Entonces ese aplauso colectivista, satisfecho  y superficial  se desplomará.
El factor cuantitativo de despensa y almacén, tan  triunfalista y con modos  de democracia total y apogeo de la horizontalidad siempre resulta vano, de pequeña cápsula, de aislamiento y subarriendo;  cuando se proponga la verdad ésta necesariamente habrá de constituirse sobre la  verdad primaria de la jerarquía y el valor: el factor cualitativo que es un factor comparativo y analítico. Será interesante conocer la realidad de  esta gran fiesta dispensada prácticamente en exclusiva por el Gobierno de  Canarias, a través de una política cultural pagada, aunque se juegue  a rebeldías insólitas e inocentes desmarques. Su misma marca y talante, no otra cosa que una excrecencia gubernamental de generosa horizontalidad, aunque más átona y blanda,  con menos iniciativa,  impronta y virtualidad que sus otras políticas.
Verdad y análisis, realidad y jerarquía. Por ejemplo, Víctor Álamo de la Rosa ha absorbido por completo y de manera  extrañamente pareja las tres grandes tradiciones, pudiéndolo no haberlo hecho: la Gaceta, fetasianos y la Generación del 70, a la que hay que tomarla en serio, basta fijarse en la prosa de Álamo,  para vislumbrar influencias.
Nunca se han dado mejores condiciones para el inicio de una industria editorial entendida como tal. Para que el juego, la fantasía pueda parecer un poco verosímil.


1 comentario:

Anónimo dijo...

1
se me acercó una figura turbia para decirme “tu blog es una mierda”,
JAJAJAJJJAJAJAJAJAAJA es genial,
no sólo le reconocen por la calle sino que además ¡le leen!

2
literatura de canarios: ÉL de Mercedes Pinto. Unicamente por su "Ofrecimiento" y "su invitación al dolor" ya merece la pena el librito.

salu2, EDH