domingo, mayo 12, 2013

Mi hermano al piano en el casino (foto)

Les invito a visitar mi nuevo blog sobre el Sáhara, tienen la dirección arriba
El MAESTRO (auténtico, no hay palabras) interpretando el Hatikva, himno de Israel.

Ayer celebramos nueva cena “exliberal” en el Casino, donde más cómodo no se puede estar. No es lo mismo ir de invitado, que ser socio, de socio sentiría rechazo insuperable y ni lo pisaría, de invitado, no salgo casi de él.
El catedrático  de ecología de la ULL comentó que nuestra tertulia era la más intelectual de todas en las que había participado. Tuve que responderle que también para mí era excepcional que estuviera con gente  que no bebiera  y contaminara de ascetismo calvinista la madrugada (hasta casi las 3). Que no me había pasado nunca. Deduzco que en las tertulias intelectuales como la nuestra se generan una suerte de endorfinas que irrigan el sistema nervioso de avidez placentera. Un contrasentido.

En el salón noble
Los anarco capitalistas (a los que el simplismo progre llamaría tartamudeando de excitación anatemizadora:  NEO- NEO- LIBE-RA-RA-LES) han abandonado el barco definitivamente. Ahora estamos liberales conservadores, liberales de izquierda, que es lo que a mí en Manhattan me podría corresponder y liberales regulativos. Falta la Escuela austríaca. El nivel intelectual arrastra el lenguaje hasta elevarlo como los aviones sin motor remolcados por avioneta a la excelencia de los cielos tersos  y radiantes, por la precisión de conceptos y metáforas que se exigen para matices e ideas fugitivas  de súbita aparición en cornisas (con riesgo de caída) y triples ángulos. Son endorfinas, no se  explica de otro modo mi insuficiencia tóxica acompañada de bienestar.
Hoy en día los inquietos intelectualmente –búsquedas y elaboraciones personales-, cultos y críticos –no confundir personas con el Nasdaq o Samsung, por ejemplo-  son los liberales.

Materia: el libro sobre la ética protestante en el capitalismo de Max Weber lo tengo subrayado y con anotaciones a boli y lápiz de colores. Es el gran libro para mí.

Mis ideas y prejuicios con  el   anglicanismo me impedían comprender hechos religiosos e históricos más hondos, en parte por  las irreflexivas determinaciones  conjeturadas de su semejanza litúrgica con el catolicismo. También el entronque del puritanismo con el calvinismo, lo desvirtuaba mis errores con el anglicanismo.
De igual forma apenas  veía semejanzas, salvo las raigales,  entre luteranos y católicos, y no creía que las diferencias entre  luteranos y calvinistas fuera tan frontales. Daba excesiva importancia a la Contrarreforma (un suceso católico). Sin el arraigo y la perduración  del calvinismo el luteranismo se habría desvanecido, lo que intuía por su propagación y determinación de las formas políticas, sociales y simbólico culturales que engendró.
También se me escapaba el por qué de  la preeminencia del Antiguo Testamento en las confesiones evangélicas norteamericanas más extremas, sin saber que el Antiguo Testamento fue revalorizado y equiparado por los puritanos –fundamentalmente los pietistas-, que regresaron a las sentencias de Salomón,   los salmos y las prescripciones más terminantes entre poseedores de la gracia y condenados. También porque se fijaron en la religiosidad de los judíos: sobria, objetiva, embebida de  divinidad.
En mi mea culpa está también circunscribir el pietismo al luteranismo alemán e ignorar la importancia del inglés y el de los Países Bajos, que formaron parte de la gran ética del ascetismo puritano, y que devendrían abanderados de la tolerancia religiosa en EE.UU  y de la separación Iglesia estado.
De entre todo lo que se podría decir de este libro MÁXIMO, indicar una idea certera como pocas. Frente al calvinismo, que supone el máximo esfuerzo de racionalización de la piedad, tanto el catolicismo como el luteranismo conservan elementos mágicos, como son los sacramentos. Su recepción supone una transubstanciación de la condición del pecador  (para las primeras,  condenado para la última) a elegido, por mero rito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Himno de Israel:
Si va a ir a la Granja aproveche y échele un vistazo/saque el documental en comic "Palestina" de Joe Sacco. Está en la sección de comics.

Salu2, EDH.