domingo, mayo 19, 2013

MARBELLAZO

Ayer noche cenábamos en Fuengirola–en lugar más que  recomendable- en familia  8 personas. Se podían haber puesto sobre la mesa  4 pasaportes diferentes. No fue una cena circunstancial, antes al contrario lo era  más bien estructural, fundacional o constitutiva. Uno no había pensado que lo que son tendencias, gustos, valores, preferencias compartidas terminarían de alguna forma imprevisible por cristalizar  y darse como  fenómenos en la realidad. Uno piensa en ideas bellas: multiculturalismo, cosmopolitismo, apertura, curiosidad, intereses diversos, ideales, mestizaje…
Ayer a la tarde en Mijas en la finca de Al y Serena –¡qué recuerdos tan felices!; nada de recuerdos me dice Al, presente y continuidad-  conversábamos de autores y cultura oriental y me oí farfullando por fin en  mi inglés macarrónico y ofensivo que no me atrevía a balbucear desde que abandoné la juventud. Pero sí dije in the knowledge of the life, referido a un autor.
Ahora mismo me muevo en distintos ámbitos con intereses muy variados, en realidad no siempre ha sido del todo así sincrónicamente, pero sí de manera diacrónica. He estado en unas cuantas películas –no hay que ver más que el título del anterior post y de este-, por supuesto que culturales  intelectuales, políticas o sociológicas. No me puedo quejar. Todo tiene cierto orden, no creo en el ciego azar, en el que se refugian los que más fracasados puedan sentirse.
I love Marbella  
Serena esperándonos en el aeropuerto el jueves, para llevarnos a Málaga donde nos hospedamos. Una gran celebración ya el primer encuentro. Otro  placer regresar a la cuidad después de 3 ó 4 años. Cenamos los 8,  presentaciones, idiomas.
El viernes es de visitas  a lugares, toca la zona de Marbella y un último cerca de Sotogrande que parece Bomarzo, su estatuaria, su vegetación omnívora, la extravagancia de finca de millonario, sus estanques, el desvencijamiento de la casa principal y de tanto capricho.
Dice XY: no es kitsch de lo extravagante que es.
En Marbella pasamos por el Olivia Valere. Empiezas curioseando por los ámbitos más mundanos y terminas casi en él, o por ahí o más, o por esa Marbella. Incluso, aunque no fue lo más, estuvimos en el Marbella Club (para dar orientaciones claras a los avisados). Pues cierto, resulta que es ahora, con diferencia, cuando más tengo que hablar de Marbella. El Olivia Valere de hace 10 años o más fue como pasar por un bar de carretera. Como aquella comida en la Milla de oro sobre las cuadras de los caballos, o la cena junto al joven Borbón, ha sido, es mucho más. La curiosidad innata, el afán de conocer o curiosear diversos ambientes, me ha recompensado con creces. Y tener los amigos que uno tiene. Vitalistas, decididos, imaginativos, potentes, muy divertidos…  
Y en esta línea de impactos, logramos visitar el Museo Carmen Thyssen, no así el de Arte Contemporáneo cuyos fondos permanentes son bestiales para su tamaño. El Picasso estaba desechado por falta de tiempo.
Si ya quedé subyugado con mi primera visita al Thyssen de Madrid: las paredes salmón, el aparador con un centro de mesa floreal y los retratos  simétricos de los Reyes y Tita y Heini, el de Málaga tiene un punto Tita superior y fascinante. Es   ella, su gusto, su sensibilidad.
El palacio es del S XVI, el siglo que había aventurado, con ampliaciones. Un extraordinario museo temático de la pintura española del XIX. Tita está tan presente en todo que hueles su perfume, te traspasa su glamour, te obnubilan sus detalles, te refresca su voz.
Hay un cuadro protegido con un cordón que preserva una pequeña área de seguridad, que es un retrato de ella, que por su carácter naif, el conjunto de  rosas femeninos, los colores planos se lo atribuyes, a todos los que has visto en la revista HOLA!, pero no lo firma ella sino un tal Lasarte. Ganas de caer en hinojos te entran.
El libro del museo que compré tiene su introducción, está escrito por ella misma , si acaso le han tocado una coma, es su voz, su léxico, su universo y categorías. Desde ayer la amo a distancia, como  la Marbella de la Leyenda, que con alguno de sus adelantados o iconos  estuvimos, sí, yo, personalmente.

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