El genocidio es incompatible con hacer prisioneros, no se trata de neutralizar, sino de acabar. Los nazis no hacían prisioneros judíos, pero sí los hacían si eran pilotos ingleses o norteamericanos (La gran evasión), los hutus no hacían prisioneros tutsis, ni los turcos armenios. Como los jemeres rojos no se dedicaron a hacer prisionero a un tercio de los camboyanos. Lo que sí es posible es la rendición (sin genocidio), de lo que saben mucho las milicias palestinas; la OLP (Al Fatah, FDLP, FPLP) se rindieron en 1970 en Jordania tras el Septiembre Negro, siendo expulsados del país. Lo que les volvió a ocurrir (rendirse) en el Líbano en dos momentos ya en la década de los 80 del siglo pasado, siendo expulsados definitivamente, esta vez a Túnez. Fatah hubo de rendirse de nuevo, pero ya en 2006 en Gaza, a Hamás, que dejó imágenes muy turbadoras: arrojaban a sus miembros y a homosexuales desde las azoteas.
Forzosamente ha de elegirse entre apartheid y limpieza étnica, al ser absolutamente incompatibles. La limpieza étnica es enemiga del apartheid, es ilógico dejar población para un eventual apartheid, cuando la limpieza es la expulsión de todos, no sería étnica en otro caso.
Estas aporías al ser tan elementales, incluso pedestres y mostrencas producen estupor cuando se dicen acumulándolas o indistintamente. Estas falsedades y confusiones lo único cierto que denotan que es que se dicen con las tripas, con rabia, ofuscación, determinados por un odio incontenible. Espectacular, misterioso y profundo.
Estas torpes y necias aporías se enfatizan hasta el verdadero paroxismo para que sólo así puedan imponerse a la realidad empírica y objetiva. A base de repetir mil veces afectando desgarro, dolor, teatralidad, muy lejanos. Se hablaba de la gestión del fin de la guerra, dada por inexorablement
e decantada. Sin embargo, nadie parecía querer adelantarla con la rendición de los que pagaban un coste muy alto e irremisiblemente perdedores. Si los bombardeos con tantas víctimas fuera algo realmente intolerable, que hacían arder las redes con indignación furiosa, todo por terminar con ellos sería deber inexcusable, primero y absoluto, congruente. Pero nadie proponía la rendición. Algo que se había conseguido eliminar por completo era el desencadenante de la guerra de agresión asesina (sin combates) y sí genocida (caza del judío por serlo), de un sadismo nunca antes registrado, que la posteridad iluminará para siempre. Persistiendo en el casus belli, con el secuestro de judíos. Tan cerquita, solo la guerra civil de Siria se saldó con medio millón de bajas y 30.000 niños muertos. Las cifras de las de Yemen e Irak son tan aplastantes, que las de Gaza resultarían modestas. Entonces ¿Qué pasa
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