Escudo bordado del Colegio de Abogados-Tenerife sobre la toga; me lo he perdido

Así luce el escudo del Ilustrísimo Colegio de Abogados de Santa Cruz de Tenerife, bordado sobre la toga, al que sigo perteneciendo. Aunque ahora que ha salido el escudo, no me lo hubiera puesto: uno tiene sus prejuicios y estilo; pero me gusta y me ha servido para tomar conciencia clara, de lo bien que he sido tratado por la institución, por todas las juntas de gobierno, menos la del emérito añoso, bueno,  tampoco le pedi nada.

Creo que todas las peticiones que les hice, celebración de actos culturales básicamente, me fueron concedidas, además de mantener amistad, y  con algunos magníficas relaciones: Natalia, Paula, Chema...  Nadie me ha tratado mejor, la verdad. Sin olvidarme de Marruecos, a pesar de haberse caído un acto que anuncie. 

                       

Incluso llegué a ser director de esta revista del Colegio, IUS. A mí solo me insteresaba la cultura, y nada la vida colegial, ni  disquisiciones, novedades, y lo relacionado con el Derecho; con mi trabajo tenía de sobra. Aparte de que, como en todas las profesiones, había mucho Sr. Advocat pesadito y monotemático con el Derecho, como Todo y culto. Cuando yo he sido un impenitente mundano.