domingo, enero 07, 2024

En la casa más divertida de nuevo. Y ya se fueron

Mi segunda vivienda ha sido la de Rosita y Fer en Ifara,  la que durante más décadas he frecuentado en mi vida  y más me he divertido, con diferencia. Se daba una suerte de principio espiritual de extraterritorialidad, desde la altura sobre la bahia y puerto te sustraías a lo cotidiano, local y ordinario. Fer con sus viajes, ideas, conocimientos científicos  y praxis lúdicas abarcaba el globo y te sacaba de la ramplonería cotidiana, pudiéndote sentir perfectamente en California o el Cabo de Hornos, o en moto siguiendo el Tour de Francia
Este he de ser yo, me veo sin dar aún el estirón de decrecimiento y contracción, un poco cursi, sin mi estilo que no gusta a mis cercanos, menos en fotos de las solapas de los libros. Descuidado, crepuscular, contracultural, bohemio, desarraigado, periférico, inadaptado... sabio esotérico. 
Esta misma casa contribuyó y no poco para que se desmoronase  mi Weltanshauung vasca con su penetrante olor a saciristia e incienso,que articulaba moralismo social, costumbres gregarias de pueblo vasco monolítico, por el trasvase de religiones, del catolicismo unánime al nacionalismo y socialismo convergentes, la religión de sustitución  perfecta. 
Yo llegué muy politizado (masa) con el enconfrado vasco de mentalidad inquisitorial e impulsos censores, mandamientos sociales comunes, costumbres envolventes y valores  rígidos y populares (UF... del Pueblo).
También es una casa como de Malibú, no solo por su emplazamiento sino por la liberalidad de costumbres y relaciones, de las que aunque   ausentes de los envites más inquisitivos,  sí conocedores de enormidades e hitos más luminosos. Bastante tenía yo con limar mi costra vasca y forjarme cosmopolita.
Este ya es cosmopolita, de alto nivel en español, su lengua materna de madre norteamericana, a la que corrige, ya en el bilingüismo camino de ser perfecto



Malibú

No hay comentarios: