Un cuadro de Tánger de Iturrino del Museo de Bellas Artes de Bibao
Me apetecia con desmesura poder alojarme en el Rembrandt de Tánger (pero no hay tickets), que contribuyó en buena medida a que captase la poderosa sugestionabilidad de la ciudad/mito; el Minzah era el otro, pero el bar y la piscina, donde una vez se bañaron los jóvenes, y comimos. Y en otro viaje, de noche, un italiano que había sido consul (o vicecónsul o del mantenimiento del consulado), y amigo de Carmina Ordoñez, nos abordó desde otra mesa; que sabía que éramos españoles pero no nos pillaba de dónde: pues de Bilbao y Tenerife. Sugirió sentarse con nosotros (y beber a crédito), le dimos el plácet, y conforme a todas las sospechas tenía una gran tolerancia a ser invitado a copas. Y bebérselas. Casado con una marroquí que no le hacía feliz, y que él seguramente le haría menos a ella y con mayor costo que la cesta de la compra.Al menos en una ocasión, yendo en taxi con Eguiar y S, nos preguntó el taxista, por el remix, que de dónde éramos, explicado, no se le ocurrió parar y pedirse unas copas, no le debió encontrar relación.
Die engländer sind da: David Bowie-heroes
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