jueves, septiembre 29, 2022

La importancia de desertar, huir y revocarse; su carácter moral

La ampliación por Norman Foster (ya en ejecución) del Museo de Bellas Artes de Bilbao

Nunca he desertado -me han faltado las oportunidades- pero me hubiera apetecido esa suerte de epifanía o revelación o Damasco cabalgando, como Pablo. 
 Lo que si he hecho y mucho es huir, de ambientes, gentes, zonas de confort, ideologías, países, amigos, incluso de  huidas de grupos aun antes de entrar. Se trata de la huida cautelar o preventiva.

Revocarse; en mi libro Los vetos sucesivos que saldrá pronto, alardeo de no presentar mis libros y llego a decir que he escrtito dos libros y editado otro sobre Tánger y la literatura y no los he presentado, y no pensaba presentarlos, pero se dió una circunstancia imprevista e influyente. 

Uno jamás puede tomares en serio, puede tomar en serio la familia, la religión, la patria, el sexo y el opio, pero nunca a sí mismo.

Pues ya tengo hotel en Tánger, tras el derrumbe del plan Rembrandt

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